lunes, 24 de agosto de 2020
Wagner in a Covid-stricken America: Götterdämmerung by Trilogy:aoc in Newark
Wagner en una América golpeada por el Covid: El Ocaso de los Dioses por Trilogy:aoc en Newark (2020)
Cuatro meses después de la función prevista, la pandemia ha golpeado duramente a Estados Unidos; siendo el país con más contagiados del mundo, y en consecuencia sumido en una fuerte crisis sanitaria, política y social. A todo esto se le añaden las aún intensas protestas surgidas por la violencia policial racista que han desembocado en el famoso lema Black Lives Matter, que también ha sacudido el país en busca de igualdad para todos. En medio de este torbellino social y con la vida musical estadounidense paralizada por la pandemia, Trilogy ha podido finalizar este proyecto ambicioso el pasado 3 de agosto en el University Heights Amphiteatre en Newark, New Jersey, con una función en concierto del Ocaso, al aire libre. Y de nuevo con un reparto íntegramente formado por cantantes negros. El canal de noticias de Newark lo ha emitido en Youtube.
Como el resto de la tetralogía, esta última jornada del Anillo se presentó en la versión reducida de Jonathan Dove y Graham Vick, que deja en dos horas y media la larga entrega final, que suele durar más de cuatro. La reducción de Dove y Vick puede resultar molesta para el wagneriano: se suprime la escena de las nornas, y el tercer acto queda reducido a su mínima expresión,dejando por ejemplo la marcha fúnebre a tan solo tres minutos. Y aún así, Maynor y Trilogy han hecho historia: primero porque es el primer Anillo en la historia del Estado de New Jersey, a tan solo una hora de transporte del lujo y el esplendor del Metropolitan Opera House de Nueva York, con sus legendarias producciones hollywoodienses de las obras de Wagner. Y también la han hecho porque posiblemente esta sea, reducida o no, la primera función de El Ocaso de los Dioses desde que la vida lírica se paralizó la pandemia, sumándose a iniciativas valientes como el exitoso Oro del Rin en el parking de la Deutsche Oper Berlin.
Las medidas de seguridad no han dejado de estar presentes, y han influido decisivamente en la función. Tanto público como artistas han estado separados por esta distancia de seguridad impuesta por el virus. La orquesta ha tenido que estar separada, las cuerdas y el viento y percusión a cada lado del escenario, lo que dificultaba que el sonido llegase a correctamente. Leslie Dunner drigió lo mejor que pudo en estas circunstancias, a las que hay que añadir la amplificación que no siempre acompañaba (y que incluso retrasaba la entrada de los artistas) y los ruidos de la calle, sirenas policiales durante el dúo del prólogo. Como únicos elementos de escena, el anillo que ha estado siempre presente en todas las jornadas, y una roca que representa el fondo del Rin, y que se ilumina de azul al final de la obra.
La función ha contado con voces competentes, aunque la mayoría de ellas ha cantado a Wagner por primera vez. Kevin Maynor interpretó a Hagen, y si bien la voz es de calidad parece ser ligera para este personaje. Rod Dixon interpretó a Sigfrido, con una buena voz de timbres baritonales, pero a la que le debe faltar aún recorrido para interpretar la obra en su verdadera dimensión. Manna Knjoi tiene una aceptable voz de soprano dramática con un correcto registro medio, pero a la que le superan los agudos. Se reservó para la inmolación final, donde dio una interpretación dramática y solemne. Greg Rahming y Jonathan Green interpretaron sin más a Gunther y Alberich, respectivamente, y Rahming quizá fuese un poco ligero para Gunther. Las alegrías vinieron de dos mujeres que fueron sin duda lo mejor de la velada: Kimberly Lloyd con una Gutrune de voz encantadora y brillante en el primer acto, con un delicioso timbre de soprano lírica, y Chantelle Grant con una poderosa voz como Waltraute, con excelentes graves, y una interpretación intensa a la par que dramática de su breve papel. Pamela Jones, Geraldine McMillan (quien fue Fricka en las jornadas anteriores y cuya voz sobrepasaba a las demás), y Karmesha Peakes fueron las hijas del Rin, cuya interpretación fue anecdótica y no precisamente destacable. El coro estuvo formado por tan solo seis solistas, tres hombres y dos mujeres.
Pese a las muchas limitaciones de la función, hay que reconocerle el mérito a Trilogy de llevar a Wagner a donde antes no se le había escuchado, porque la idea de esta compañía es la de llegar a todos los públicos, y puede presumirse que no todos en Newark pueden permitirse una buena entrada para ver el Anillo en el Met. Y es en este campo donde esta compañía ha hecho historia. No sabemos lo que habría pensado Wagner, pero posiblemente le habría gustado saber que su magna obra se representa allá donde haya quien desee escucharla. Y más en estos tiempos duros en los que ver ópera en vivo es poco menos que un regalo debido al inevitable estancamiento de la vida musical y teatral que tenemos en todo el mundo desde marzo, y del que a diferencia de Europa, Estados Unidos aún no puede salir.
Aquí pueden ver la función completa.
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viernes, 14 de agosto de 2020
Wagner Festival at Vinke-Garten: No Bayreuth? The Vinke Family invites you to their Wagner festival at the garden.
Festival Wagner en Vinke-Garten: a falta del Festival de Bayreuth, los Vinke le invitan a su jardín.
Sabine Vinke interpretó a Sieglinde con una bella voz, y pese a no tener el volumen torrencial de sus compañeras más célebres, pudo, quizá inspirada por el evento, ofrecer un convincente retrato de una protagonista frágil pero no menos valiente. En la frase So bleibe hier sonó conmovedora, pero su punto más álgido fue en Der männer sippe, donde la voz se amoldó bien al dramático y bello monólogo, que cantó muy bien.
Sung Ha fue Hunding. Solista de la ópera de Mannheim, este bajo realizó una interpretación muy expresiva, con unas miradas intimidantes, como no podía ser de otro modo en su brutal personaje.La voz tiene un buen timbre, pero quién sabe si por la toma de sonido o por qué razón sonaba un poco ligera.
La emoción del público por escuchar a Wagner en vivo es palpable, tanto como que la prensa alemana asegura que este festival ha obtenido una buena recaudación y eso que está a la mitad todavía. Parte del público que se ha desplazado hasta la casa del tenor le ha visto cantar en el Festspielhaus: incluso hay gente que asegura haberse emocionado mucho, según lo que he podido leer en grupos internacionales. Es de agradecer que los Vinke hayan llevado un poco de la magia wagneriana estival a un público pequeño pero afortunado, que como todos echa de menos disfrutar las obras de arte totales del maestro en un teatro.
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