martes, 29 de julio de 2025

Los Maestros Cantores, el musical: vuelve a Bayreuth la comedia wagneriana.


Streaming en directo desde el Festival de Bayreuth, 25 de julio de 2025.

Ocho años hace ya que inauguré mi blog, y como cada año, procuro celebrar el aniversario con el inicio del Festival de Bayreuth, seguido en streaming. Siempre lo digo: en un gesto de generosidad, el Festival, la Televisión alemana, Deutsche Grammophon y la Radio Bávara nos permiten a los millones de melómanos en el mundo, vivir en vivo la magia del Festival. Solo que desde el año pasado, ya no me es igual, porque tuve al fin el privilegio de asistir a una función de Tannhäuser en el Festspielhaus. Este año toca una nueva producción de Los Maestros Cantores de Núremberg, la única comedia del canon de Bayreuth, y la más "alemana" de las óperas del maestro. También la más prostituída si cabe, debido al nacionalismo que impregna esta divertida obra sobre un concurso de canto entre los más prominentes miembros de la ciudad. No se ve esta obra en la colina verde desde 2021, cuando se representó por última vez, en aquél entonces en la ya clásica y fabulosa producción de Barrie Kosky, quien al ambientar la obra primero en Wahnfried, la casa del compositor, y luego en el Tribunal donde tuvieron los juicios de Núremberg; logró una exitosa apelación al negro pasado antisemita del festival, que fue uno de los estandartes culturales del nazismo. Ahora vuelve en una nueva producción, a cargo del dramaturgo alemán Matthias Davids, procedente del mundo del musical. 

Junto a él, Daniele Gatti vuelve a Bayreuth, después de su mítico Parsifal junto a Stefan Herheim entre 2008 y 2011, y supone el debut al frente de los coros del festival de Thomas Eitler-de-Lint, cuyo nombramiento se hizo público el año pasado, sustituyendo al veterano Eberhard Friedrich. 

Barrie Kosky había dejado el listón muy alto con su producción de esta ópera, con lo que ya resultaba difícil hacerla olvidar. Y desde luego no ha saido así. El señor Davids ha realizado una modernización de la obra a nivel estético y de decorado que no resulta demasiado profunda, sino que lo que parece buscar es su aspecto más divertido, y que el público disfrute sin más de una agradable noche de ópera, lo que sin duda ha logrado. A lo largo de la producción hay guiños al musical, que se hacen completamente evidentes en la gran escena final. 

Al principio, realmente pensé que esta producción sería un guiño a la de Kosky. Al levantarse el telón, una escalera conduce a una iglesia diminuta, mientras que en una esquina están unos músicos callejeros, con Stolzing animándolos. De la iglesia salen, a un lado de la barandilla, un grupo de personas vestidos de diferentes épocas, y al otro lado, totalmente solo, un judío que ayuda a Magdalena a recoger las cosas que se deja Eva. El escenario se gira al terminar la primera escena del primer acto, y muestra unas gradas y una decoración que evocan al Festspielhaus. Beckmesser desaprueba la canción de Stolzing con unas enormes telas en las que se repite la palabra "No" en alemán en letras grandes. 

El segundo acto muestra una enorme estructura de madera que se supone que son las fachadas de los edificios, rodeada de árboles de colores y una especie de cabina telefónica repleta de libros. Beckmesser tiene un laúd que consiste sólo de cuerdas y los bordes de la caja en forma de corazón. El tercer acto, a diferencia del primero, tiene la obertura escenificada. Mientras suena el bello preludio de cuerdas, Sachs gira entorno a su taller, y en un momento dado mira un retrato en blanco y negro de una mujer y una niña, presumiblemente su esposa y su hija. El gran impacto visual viene con la gran escena final, en alemán llamada Festwiese. Aparece un cielo azul con nubes, y una estructura inflable en escena,presidida por una enorme vaca de color rosado. El coro danza y los maestros entran vestidos con trajes blancos. Eva, el objeto del premio, aparece detrás de un enorme miriñaque de flores. Beckmesser no desaparece de la escena cuando se descubre su trampa. Al final, Eva y Stolzing rechazan el premio, entregándole ella la medalla de maestro a su padre, para finalmente dejar el lugar Mientras tanto, Sachs y Beckmesser pelean por la canción del premio, mientras todos los demás se encogen de hombros. 

Al frente de la Orquesta del Festival de Bayreuth, Daniele Gatti ha realizado una dirección disfrutable, con momentos de majestad sinfónica, con otros más íntimos, pero en general sin perder el hilo de frescura, resultando en una entretenida interpretación. El Coro ha estado bien, aunque se nota la reducción por motivos presupuestarios. Aún así se les reconoce el mérito de cantar lo mejor posible al ritmo de la coreografía a lo largo de toda la obra. En el Wach Auf de la escena final y en las dos frases finales que cierran la obra estuvieron espectaculares.

Michael Spyres sin duda es el líder del reparto con su excelente Stolzing, bien cantado, con ese tono oscuro y juvenil al mismo tiempo. Este baritenor no olvida sus orígenes belcantistas ya que al final del "Fanget an" cierra la pieza con un amago de coloratura, dándole un toque especial al lirismo inherente a la tesitura. Y en todas sus interpretaciones ha estado soberbio.

Georg Zeppenfeld, quien ha cantado roles más oscuros en Bayreuth, es un ligero y sensible Sachs, en su voz más un hombre delicado que autoritario e imponente. 

Jongmin Park es un excelente Pogner, de bello grave y una voz en plenitud. Se espera que cante más roles en Bayreuth, donde está llamado a hacer historia. 

Michael Nagy es un Beckmesser bien cantado y actuado, aunque eche de menos un poco de grave, pero casa con la visión de la puesta en escena. 

La soprano sueca Christina Nilsson (que se llama igual que su mítica compatriota del siglo XIX) es una estupenda Eva: canta bien, tiene una voz que suena lírica y juvenil.

Matthias Stier interpreta un David bien cantado, con un timbre más lírico que de carácter.

Christa Mayer es una Magdalena correcta, con un timbre un poco matronal. Tobias Kehrer es un excelente Sereno, y Jordan Shanahan un correcto Kothner. 

Pocos abucheos ha habido al terminar la función, con lo que la propuesta escénica ha contentado al público. En general, una versión aceptable en lo escénico (difícil es hacer olvidar la versión de Kosky) y notable en lo musical. Veremos a ver si al menos este último aspecto mejora en las próximas ediciones. 

Las fotografías y vídeos no son de mi autoría, si alguien se muestra disconforme con la publicación de cualquiera de ellas en este blog le pido que me lo haga saber inmediatamente. Cualquier reproducción de este texto necesita mi permiso.

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