lunes, 24 de agosto de 2020

Wagner en una América golpeada por el Covid: El Ocaso de los Dioses por Trilogy:aoc en Newark (2020)


               



Hace tres años, la compañía de cantantes afroamericanos Trilogy:aoc, dirigida por el bajo Kevin Maynor, inició su propia producción de la epopeya de Richard Wagner El Anillo del Nibelungo. Trilogy, hasta entonces conocida por sus producciones de obras de autores negros estadounidenses, empezaba una prueba de fuego, adaptando a su modesta pero entusiasta compañía la gran épica germánica. Y así, en 2017 se estrenó El Oro del Rin en Newark, Nueva Jersey. En 2018 vino La Valquiria, y en 2019 Sigfrido. Se esperaba para la primavera de 2020 la entrega final con El Ocaso de los Dioses, pero el Coronavirus hizo posponer la esperada representación. 

Cuatro meses después de la función prevista, la pandemia ha golpeado duramente a Estados Unidos; siendo el país con más contagiados del mundo, y en consecuencia sumido en una fuerte crisis sanitaria, política y social. A todo esto se le añaden las aún intensas protestas surgidas por la violencia policial racista que han desembocado en el famoso lema Black Lives Matter, que también ha sacudido el país en busca de igualdad para todos. En medio de este torbellino social y con la vida musical estadounidense paralizada por la pandemia, Trilogy ha podido finalizar este proyecto ambicioso el pasado 3 de agosto en el University Heights Amphiteatre en Newark, New Jersey, con una función en concierto del Ocaso, al aire libre. Y de nuevo con un reparto íntegramente formado por cantantes negros. El canal de noticias de Newark lo ha emitido en Youtube.

Como el resto de la tetralogía, esta última jornada del Anillo se presentó en la versión reducida de Jonathan Dove y Graham Vick, que deja en dos horas y media la larga entrega final, que suele durar más de cuatro. La reducción de Dove y Vick puede resultar molesta para el wagneriano: se suprime la escena de las nornas, y el tercer acto queda reducido a su mínima expresión,dejando por ejemplo la marcha fúnebre a tan solo tres minutos. Y aún así, Maynor y Trilogy han hecho historia: primero porque es el primer Anillo en la historia del Estado de New Jersey, a tan solo una hora de transporte del lujo y el esplendor del Metropolitan Opera House de Nueva York, con sus legendarias producciones hollywoodienses de las obras de Wagner. Y también la han hecho porque posiblemente esta sea, reducida o no, la primera función de El Ocaso de los Dioses desde que la vida lírica se paralizó la pandemia, sumándose a iniciativas valientes como el exitoso Oro del Rin en el parking de la Deutsche Oper Berlin.

Las medidas de seguridad no han dejado de estar presentes, y han influido decisivamente en la función. Tanto público como artistas han estado separados por esta distancia de seguridad impuesta por el virus. La orquesta ha tenido que estar separada, las cuerdas y el viento y percusión a cada lado del escenario, lo que dificultaba que el sonido llegase a correctamente. Leslie Dunner drigió lo mejor que pudo en estas circunstancias, a las que hay que añadir la amplificación que no siempre acompañaba (y que incluso retrasaba la entrada de los artistas) y los ruidos de la calle, sirenas policiales durante el dúo del prólogo. Como únicos elementos de escena, el anillo que ha estado  siempre presente en todas las jornadas, y una roca que representa el fondo del Rin, y que se ilumina de azul al final de la obra.

                         


La función ha contado con voces competentes, aunque la mayoría de ellas ha cantado a Wagner por primera vez. Kevin Maynor interpretó a Hagen, y si bien la voz es de calidad parece ser ligera para este personaje. Rod Dixon interpretó a Sigfrido, con una buena voz de timbres baritonales, pero a la que le debe faltar aún recorrido para interpretar la obra en su verdadera dimensión. Manna Knjoi tiene una aceptable voz de soprano dramática con un correcto registro medio, pero a la que le superan los agudos. Se reservó para la inmolación final, donde dio una interpretación dramática y solemne. Greg Rahming y Jonathan Green interpretaron sin más a Gunther y Alberich, respectivamente, y Rahming quizá fuese un poco ligero para Gunther. Las alegrías vinieron de dos mujeres que fueron sin duda lo mejor de la velada: Kimberly Lloyd con una Gutrune de voz encantadora y brillante en el primer acto, con un delicioso timbre de soprano lírica, y Chantelle Grant con una poderosa voz como Waltraute, con excelentes graves, y una interpretación intensa a la par que dramática de su breve papel. Pamela Jones, Geraldine McMillan (quien fue Fricka en las jornadas anteriores y cuya voz sobrepasaba a las demás), y Karmesha Peakes fueron las  hijas del Rincuya interpretación fue anecdótica y no precisamente destacable. El coro estuvo formado por tan solo seis solistas, tres hombres y dos mujeres.

                             

Pese a las muchas limitaciones de la función, hay que reconocerle el mérito a Trilogy de llevar a Wagner a donde antes no se le había escuchado, porque la idea de esta compañía es la de llegar a todos los públicos, y puede presumirse que no todos en Newark pueden permitirse una buena entrada para ver el Anillo en el Met. Y es en este campo donde esta compañía ha hecho historia. No sabemos lo que habría pensado Wagner, pero posiblemente le habría gustado saber que su magna obra se representa allá donde haya quien desee escucharla. Y más en estos tiempos duros en los que ver ópera en vivo es poco menos que un regalo debido al inevitable estancamiento de la vida musical y teatral que tenemos en todo el mundo desde marzo, y del que a diferencia de Europa, Estados Unidos aún no puede salir.

Aquí pueden ver la función completa.

Las fotografías no son de mi autoría, si alguien se muestra disconforme con la publicación  de cualquiera de ellas en este blog le pido que me lo haga saber inmediatamente.

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