viernes, 13 de noviembre de 2020

Così fan Tutte en Sevilla: la ópera de las tentaciones.

 

He podido ver en vídeo, gracias al streaming de Canal Sur, la última producción del Teatro de la Maestranza, el Così fan Tutte mozartiano, en la función del 5, de noviembre. Debido a las restricciones de aforo, solo se permitió la asistencia a tan solo 200 personas. Una de las cosas buenas de las modificaciones que están llevando a cabo los teatros a causa de esta pandemia es la iniciativa de transmitir en directo, a través de internet, sus representaciones para que todos podamos disfrutar y juzgar. Y más de lo primero en este caso concreto. Cuando uno piensa en esta ópera, se piensa en juventud: la de Mozart a la hora de componer esta obra o la de los personajes. Es sorprendente comprobar la vigencia de esta obra, donde el compositor y el gran libretista Da Ponte se ríen de la fidelidad y demuestran que cuando se le pone a prueba, no es oro todo lo que reluce. Aunque también esta palabra puede aplicarse a muchos de los miembros del equipo artístico de esta producción.

Para esta ocasión, se ha encomendado el montaje al joven director de escena Rafael Rodríguez Villalobos, un nombre emergente en la escena operística española en la actualidad. Villalobos lleva a nuestra época el libreto de Da Ponte. En estos tiempos de realities como el lamentable fenómeno televisivo La Isla de las Tentaciones, donde se premia y se celebra la infidelidad por una gran audiencia, la obra sigue adquiriendo cierto sentido. No obstante, a veces uno tiene la impresión, después de verlo, que se entiende esta versión como un conjunto global más que cuando se analizan sus elementos por separado. 

La idea principal, al menos como la he entendido, es que los protagonistas siguen siendo tan jóvenes, tan inmaduros, impulsivos, como lo eran desde su temprana adolescencia, esto se verá reflejado con proyecciones de adolescentes jugando. La obra empieza a telón cerrado, un telón transparente, de apariencia leather, dando la idea de que en esta primera escena los hombres están en un puticlub en plena despedida de soltero, donde Alfonso les hace la apuesta. De repente aparece una desconocida dominatrix. El telón se abre para mostrar un salón vacío, donde transcurrirá toda la obra. Vemos a las protagonistas vestidas de boda, a las que se suman sus novios. Cuando suena el coro Bella vita militar aparecen las madres de ellos, vestidas para la boda, y con cestas de las que dan a sus hijos una bolsa de Cheetos y otra un bocadillo envuelto en papel aluminio. De fondo, se proyecta la imagen de un niño jugando con soldados de juguete. Despina luego aparecerá en su rol de empleada, dando la impresión de que lleva una doble vida, lo que casa con la psicología del personaje de ayudar a Don Alfonso en este lío. Uno se pregunta si los perfiles de estos personajes los podemos encontrar hoy en día en los date shows, como ya han afirmado algunos. Para camuflarse, Ferrando se pondrá una peluca rubia y Guglielmo un mostacho y una peluca morena, además de primero enfundarse en coloridos trajes de rayas de cebra. Uno de los momentos más destacados es la aparición de un peluche formado de varios corazones con la forma de una escultura de Koons mientras Despina canta su primera aria. Y es que los peluches, señales de impulsividad y adolescencia tardía, son una constante en la obra, ya que las hermanas se pasean con un osito de peluche, luego proyectado en una de las escenas a telón bajado. Fuerte es el momento en que ellos ya disfrazados de albaneses se encuentran con sus amadas recién salidas de la ducha, envueltas en toallas, en el primer "asalto". Al comienzo del segundo acto suena la canción People, de Barbra Streisand, mientras las empleadas bailan por el salón hasta que llegan las señoras. Después veremos los corazones peluche organizados de tal modo que hacen una montaña, de la que Dorabella y Guglielmo se entregan "el corazón", cogiendo uno de ellos en su dúo. Las escenas se van cantando o bien a telón bajado, cuando son los momentos más introspectivos de la obra, y a telón subido. Al final de la obra, de nuevo las parejas vuelven a casarse, ahora sí, como está reflejado en el libreto, sin estar claro si lo que se vio al principio de la obra era un ensayo o qué. Pero tras desvelarse el engaño, cuando los hombres descubren al fin sus indentidades y Despina se quita el traje de criada para ser una dominatrix, ellas están desconcertadas y ellos decepcionados, de manera que la obra termina con una sensación de incertidumbre, posiblemente con el fin de las relaciones.

Habiendo tenido que cortarse la representación debido a los horarios impuestos por la Junta de Andalucía para salir lo antes posible, teniendo en cuenta estos tiempos que vivimos, la dirección orquestal ha estado en manos de Iván López-Reynoso, quien ha obtenido de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla una dirección orquestal ágil, vivaz, apropiada para Mozart, con una obertura que he disfrutado mucho. El Coro ha cumplido su cometido bastante bien aunque en esta ocasión haya sido fuera de escena.

No tengo más que buenas palabras para el reparto, que da una idea de lo muy bien que se puede cantar a Mozart en nuestro país.

Vanessa Goikoetxea lo lidera con una memorable Fiordiligi, cantado con una gran voz, tan bien proyectada, firme, con un sonido dramático estupendo y con unos pianissimi en el Per pietà, ben mío, perdona, completamente memorables. Igualmente magnífica en el Come Scoglio del primer acto.

Xabier Anduaga ha cantado un fantástico Ferrando, con una voz bella, lírica, juvenil, ideal para Mozart.Así las cosas, le salió Un'aura amorosa de muchos quilates. Otra  gran interpretación.

Maite Beaumont fue una estupenda Dorabella, encontrándose en su repertorio habitual, al igual que en el barroco donde es muy celebrada. Simon Mechlinski interpretó un buen Guglielmo, con una voz muy agradable.

La Despina de Natalia Labourdette fue otra de las grandes actuaciones de la noche, con su deliciosa voz, su excelente canto y su desternillante vis cómica tanto como el doctor y el notario. Muy convincente como actriz en el retrato que hace de una empleada con doble vida, escéptica ante la fidelidad.

Roberto de Candia fue un Alfonso mejor en lo interpretativo que en lo vocal, si bien fue a mejor a medida que avanzaba la función.

Così fan Tutte es una de las obras más actuales de Mozart por el tema que trata.  Hemos podido verlo en esta fiel adaptación moderna con un gran reparto. Gracias a la Maestranza y a Canal Sur por descubrírnoslo.


En este vídeo pueden ver el Così sevillano: 


Las fotografías no son de mi autoría, si alguien se muestra disconforme con la publicación  de cualquiera de ellas en este blog le pido que me lo haga saber inmediatamente.



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