lunes, 22 de septiembre de 2025

El ambiente gay, visto por la zarzuela: El Orgullo de Quererte en los Teatros del Canal.

Madrid, 19 de septiembre de 2025.

No todos los días se asiste al estreno mundial de una zarzuela. De hecho, el panorama del género vive de las rentas de los grandes clásicos. Y cuando se estrena, aparece el recelo. Y muchas veces, el olvido. Muchos de los nuevos estrenos son encargos, los cuales tienen diferentes acogidas por parte del público. Sin embargo, un buen día de hace quince años, el músico y pianista Javier Carmena, junto con el libretista Felipe Nieto, tuvieron la idea de crear una zarzuela que celebrase la ciudad de Madrid - como tantas veces se hizo de forma gloriosa en el pasado-, en el siglo XXI. Y la visión inspiradora de este proyecto fue la plaza de Chueca, tan madrileña y colorida, que alberga la fiesta más grande de la capital: el Orgullo LGTBIQ+, antes conocido como "orgullo gay". El ambiente donde se mueve el colectivo tiene su epicentro en el barrio de Chueca, con su variopinta oferta de ocio, y su enorme diversidad de gentes, cuyas historias podrían dar para muchas zarzuelas de nueva composición, si bien esta se centra en la historia de amor de dos hombres gais. 

Así, Carmena y Nieto intentan revitalizar el género, no innovando, sino retomando la tradición musical zarzuelística en el mismo punto en que esta se paró en los años cuarenta del siglo pasado; poniendo música a una historia moderna de la capital. En esta partitura reconocemos ritmos musicales propios de los clásicos: foxtrot, pasodoble, pasacalle, chotis, fandango, copla... pero también influencias operísticas como el final del acto segundo que recuerda al de La Traviata de Verdi. Como bien he leído en un foro, tiene más visos de homenaje que de novedad. 

La historia es, desde el punto de vista del  ambiente gay, bastante costumbrista. El bello e inocente joven Tadeo, posiblemente recién salido del armario, reparte flyers en Chueca mientras asiste a su primer orgullo. Allí conoce a Alonso, un chulazo encantado de conocerse a sí mismo y al que ningún hombre se resiste. El flechazo es inmediato. Sin embargo, hay un tercero en discordia: el malvado P.J., expareja y aún amante ocasional de Alonso, y cuyos secretos conoce, chantajeándolo con revelarlos si no cede a sus peticiones. Él es el narrador de la historia, desde un futuro distópico, un futuro en el que el que el Orgullo ya no es necesario, los hombres pueden ya parir hijos y el género no existe, y el barrio de Chueca está a punto de desaparecer para convertirse en "Madrid Central 7", un barrio de rascacielos. Junto a este triángulo amoroso, encontramos a las mariliendres, tres mujeres alocadas y de estética choni, amigas de Tadeo, la Petri, prostituta de buen corazón y amiga de Alonso; y la pandilla de maricas malas, todos ellos amigos y esbirros de PJ. Y como en la zarzuela más típica, la pareja protagonista pasa por estados de amor mágico, de celos y malentendidos, una trama en la que los demás personajes intervienen para ayudar o intrigar... pero el desenlace abierto no es tan típico de la zarzuela, aunque sí se puede encontrar en la vida: la confianza no puede restablecerse, y de momento, ambos personajes siguen su camino.


"El Orgullo de Quererte" fue estrenado en versión semiescenificada en 2022 en los mismos Teatros del Canal, en una única función. En la temporada pasada, estaba prevista para julio de 2024, pero se canceló. Finalmente se estrenó el pasado día 11, con 6 funciones de las cuales la última es el sábado 20. 

Para su presentación escenificada, se ha contado con la dirección de escena del renombrado director teatral Albert Boadella. No hay demasiado color en la ambientación, sino que Boadella hace partir la acción desde una Chueca en ruinas, a punto de ser demolida, de acuerdo con los recuerdos de P.J. Al abrirse el telón aparece un enorme círculo, una cápsula del tiempo, desde la que P.J. cuenta y narra la historia. Al fondo, un grisáceo decorado domina la escena, el ruinoso barrio de Chueca con el que contrastan los personajes vestidos con el colorido vestuario de Gabriela Salaverri, y que cobran vida como un último recuerdo de despedida antes de la devastación final.  En el centro de la plaza aparece una boca de metro, la de la estación de Chueca, más pequeña que la verdadera. En el segundo acto, la manifestación del Orgullo, todos los presentes aparecen detrás de unas vallas, para ver desfilar las carrozas... que aquí son miniaturas, la más llamativa una que dice "Love Wins" con los colores del arcoíris. En el tercer acto, la boca del metro se levanta para el foxtrot de las mariliendres, mostrando una escalera que lleva al andén (aquí sugerido por proyecciones de anuncios), y cuando suben al tren, éste es sugerido por unas barras y el movimiento de la gente que las sujeta. Durante la obra hay danzas, que en el final de la obra contribuyen a la ambigüidad del desenlace, coreografiadas por Sara Cano.

Para estas funciones, al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid estuvo al frente la mediática maestra Alondra de la Parra. Pero en las dos últimas funciones, el maestro fue José Luis López Antón, quien dirigió el estreno de 2022. La orquesta sonó bastante fuerte, y en algunos momentos tapó a los artistas, especialmente al barítono. Pero tuvo un momento de lucimiento en el bellísimo Nocturno del inicio del tercer acto. El Coro también sonó sobrado de volumen al principio.

Tuve la impresión de que la obra da más protagonismo a Tadeo, cuyos conflictos y emociones están bien expresados, en detrimento de Alonso. Dicho lo cual, el tenor argentino Santiago Ballerini cumplió con su bella voz, de timbre juvenil y lírica, incluso capaz de demostrar su volumen (claro que la sala es pequeña) en sus dos romanzas, en el primer y el tercer acto.

Más discreto me pareció Enrique Sánchez-Ramos en el rol de Alonso, pese a que se esforzó por sacar adelante la función. Cumple vocalmente (la orquesta le tapó en alguna ocasión), aunque a nivel actoral tiene el buen físico que requiere el personaje. 

Este espectáculo no sería el mismo sin el tenor showman Enrique Viana, quien hace reír al público con sus intervenciones, tal y como hizo hace siete meses con La Corte de Faraón en el Teatro de la Zarzuela. Ahora es el malvado P.J., y suya es la función, no solo por ser el narrador sino por transmitir la frivolidad y el veneno del personaje con humor. 

Mención para Berna Perles como La Petri, especialmente en su romanza del tercer acto, bellísima y de lucimiento vocal, especialmente para unos pianissimos que Perles emitió muy bien.

Las tres mariliendres, interpretadas por María Rey-Joly (con madurez vocal pero con muchas tablas), Mar Morán (con el mérito de hacer que su voz sobrepasara la potente orquesta en el primer acto) y Andrea Rey, estuvieron bien cantadas y su actuación divertida, especialmente en el número del metro del tercer acto.  Igualmente los tenores que interpretaron a las "maricas malas", amigos y esbirros de P.J., lograron hacer que sus personajes fueran irritantes de lo malvados que son.


El teatro estaba prácticamente lleno, con un público de edad madura, pero también varios jóvenes. Hubo una considerable presencia de hombres gais entre el público. El respetable parece habérselo pasado muy bien, a juzgar por las risas, los aplausos y la alta ocupación. Posiblemente no aporte nada nuevo, pero la música hace tantos guiños a la música de las más grandes obras, que futuras reposiciones son deseables porque el público se divirtió bastante. Se trata una zarzuela divertida, ideal para pasar el rato, e incluso, por qué no, con potencial para sumarse a un repertorio necesitado de nuevas obras, innovadoras o no. Que es interesante el descubrir que una historia que a priori parece costumbrista y colorida, esconda un final conmovedor y doloroso, aunque no sin carencias. La primera sensación que tuve al ver la obra fue de ternura, porque el ambiente podría tener esos personajes, pero no baila ni se expresa ni canta así... aunque dejo abierta la posibilidad de que pudiera sonar así en el corazón de algún joven zarzuelero, que los hay, más de lo que uno podría esperarse, en los teatros.


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