viernes, 6 de septiembre de 2024

La diva nos regala el mejor Puccini: Anna Netrebko y Yusif Eyvazov en el Teatro Real.

 

Madrid, 5 de septiembre de 2024.

Habitual en los últimos años en las programaciones del Teatro Real, la pareja artística formada por la soprano rusa Anna Netrebko y el tenor azerí Yusif Eyvazov, regresa a Madrid, y a su regio escenario, con una gala íntegramente dedicada a Giacomo Puccini. En nuestra memoria quedan la inolvidable Tosca que cantó en 2021, en la histórica temporada post-covid en el Teatro Real, así como la estupenda Aida que cantó al año siguiente en el mismo escenario. 

Netrebko, pese a su madurez vocal, y al boicot que hace dos años la acechó en sus funciones en Madrid (por suerte, esta vez no hubo ninguna protesta por este motivo) en relación a su desafortunada buena relación con el régimen de Vladimir Putin , de la que finalmente renegó (pero aun así sigue vetada en Estados Unidos), sigue siendo la primadonna por antonomasia en la actualidad operística. Puccini es un compositor que no solo no le es desconocido, sino que es una intérprete destacada de su música, pues en los últimos años ha cantado Tosca y Turandot, y en el pasado fue una destacada intérprete de Mimí de la Bohème, de la que hizo una película con Rolando Villazón, con quien compartía mucha química en escena, cuando ambos estaban en el apogeo de sus carreras y de su fama. También ha interpretado Manon Lescaut en Viena, Nueva York y Moscú. Por no hablar de las diversas arias puccinianas que ha grabado en varios discos, incluído uno íntegramente dedicado al genio de Lucca. Por todo ello, este concierto es uno de los más esperados de la temporada. 


La otra estrella del cartel es el tenor Yusif Eyvazov, quien además de ser su pareja en los escenarios, también ha sido su esposo en la vida real, hasta que anunciaron su separación el pasado junio. Eyvazov es habitualmente su compañero en muchas producciones y recitales, pero también está haciendo una importante carrera en solitario. 

Junto a ellos, la soprano Daria RybakJérôme Boutillier, acompañados por la Orquesta y Coro Titulares del Teatro Real, con la dirección musical de Denis Vlasenko y con el refuerzo del Coro de RTVE, nos han ofrecido el siguiente programa:

PARTE I

- "Popolo di Pekino...Dal deserto al mar..." de Turandot

- "In questa reggia" de Turandot

- "Non piangere, Liú…Turandot!" de Turandot

- "Sei pallido, straniero!..." de Turandot

- "Tu che di gel sei cinta" de Turandot

- "Diecimila anni al nostro Imperatore!..." de Turandot

- Intermezzo de Manon Lescaut

- "Sola perduta, abbandonata" de Manon Lescaut

- "Donna non vidi mai" de Manon Lescaut

- "Tu, tu, amore? Tu?" de Manon Lescaut

PARTE II

- "Sa dirmi, scusi, qual’è l’osteria ...Mimi!...Speravo di trovarti qui... " de La bohème

- "Questo amor, vergogna mia" de Edgar

- "Vissi d’arte" de Tosca

- "Recondita armonia" de Tosca

- "Coro a bocca chiusa" de Madama Butterfly

- "Vogliatemi bene..." de Madama Butterfly

BISES

- O mio babbino caro, de Gianni Schicchi

- Nessun Dorma, de Turandot

El programa empezó con una amplia selección de Turandot, aunque no muy ordenada. Tras la breve introdución coral, Anna Netrebko entró con un vestido brillante, para interpretar "In Questa Reggia". Netrebko demuestra tener una voz espectacular, con un volumen considerable y un bello timbre, aunque no sea el de Turandot un rol para su voz, y de hecho ésta parecía fragil al principio del aria. A medida que avanzaba, Netrebko relucía sus agudos brillantes. Durante las siguientes escenas de Turandot, Netrebko se mantuvo en su línea, aunque en el coro final, cantó un delicioso pianissimo en "padre augusto, conosco il nome dello straniero". Después dio una excelente versión de las escenas de Manon Lescaut, con una desgarradora interpretación del "Sola, perduta, abbandonata", con unos agudos desgarradores. Dicho nivel lo mantuvo en el dúo "Tu, tu amore", con el que se cerraba el concierto. 

La segunda parte fue memorable. Empezó con una amplia selección, esta vez de gran parte del acto tercero de La Bohème. Los días en que Netrebko cantaba Mimì en escena ya quedaron atrás, pero aquí demostró que conoce el rol, y que aún puede cantarlo bien en un concierto, echando mano de sus tablas y de sus aún generosos medios, marcándose una deliciosa versión de la conmovedora aria "Donde lieta uscì". Después vino el "Vissi d'arte", que ya cantó en este mismo escenario hace dos años, ahora en una interpretación redonda, en la que se permitió alargar una nota en pianissimo antes de la frase final "perchè me ne rimuneri così", tras el cual el teatro se vino abajo en una atronadora ovación. El concierto terminó oficialmente con el dúo final del primer acto de Madama Butterfly, el "Vogliatemi Bene", el cual comenzó cantando exquisitamente, en el cual pasaba del pianissimo, a un despliegue de voz a lo largo del número. Su Butterfly puede ser más bien dramática, pero había momentos de ternura. El concierto tuvo dos propinas, una de las cuales fue el O mio babbino caro cantado por ella. Una versión de un aria popular, que cantó bellamente, en la que volvió a dar un prolongadísimo agudo en "Babbo, pietà, pietà", que impresionó por su capacidad de mantenerlo tanto tiempo, tras lo cual recibió una fuerte ovación.

Yusif Eyvazov tuvo una noche que fue de menos a más. No estuvo demasiado inspirado en las escenas de Turandot, donde los agudos,  no suelen salirle bellos sino más bien demasiado nasales. Sería injusto negarle entrega y esfuerzo, algo que le permitió llegar a un nivel más correcto a partir de los números de Manon Lescaut en adelante, especialmente en el Donna non vidi mai y en el Recondita Armonia de Tosca. Tras el final del concierto, se atrevió con el Nessun Dorma, el cual acometió mejor de lo esperado. Si hay algo que no puede negársele es la torrencial voz que tiene, aunque en algunos momentos le tapó la orquesta.

Una sorpresa fue Daria Rybak, quien con una bella voz lírica, con un toque oscuro, le permitió cantar una estupenda versión del "Tu che di gel sei cinta" de Turandot, y cuyos agudos podían resistir el volumen masivo de la orquesta y de la voz de Eyvazov en la escena final del primer acto de la misma obra. Si sigue cantando así de bien, es una voz a seguir.

Más discreto fue el barítono Jerôme Boutiller, con una voz ligera, y sin demasiado carisma, salvo en la escena de la Bohème, donde fue un notable Marcello. En su intervencion en solitario, el aria de barítono de Edgar, estuvo correcto. También interpretó al Mandarín en Turandot.

Junto a ellos, se contó con la intervención del bajo Cristian Díaz, y de los tenores Pablo García-López y Mikeldi Atxalandabaso en las escenas de Turandot. El gran Atxalandabaso había interpretado a Pong en la Turandot de 2023. De hecho, al concluir la escena final del primer acto, hizo una sonrisa-mueca que recordaba a las del montaje de esa Turandot del año pasado.

El maestro ruso Denis Vlasenko dirigió a la Orquesta del Teatro Real con muchos decibelios, y por momentos la dirección fue áspera, como en el fragmento del final del primer acto de Turandot, o en el final de la selección de La Bohème, llegando a tapar a los solistas. Sin embargo, no es del todo inconveniente para esta ópera, aunque a veces sonara como si fuera Shostakóvich. En el resto del concierto se mantuvo a un buen nivel, especialmente atento a Netrebko. Quería añadir que esta ha sido una de las noches en las que mejor recuerdo haber escuchado al violonchelo y la viola, excelentes. La cuerda hizo una bellísima entrada antes la frase "Mai nessun m'avrà" en Turandot. El Coro del Real, esta vez combinado con el de RTVE, cumplió notablemente en sus intervenciones. Ha sido emocionante volver a oírles en el coro a boca cerrada de Madama Butterfly, tras habérselo oído el pasado verano.

El público, que no llenaba la sala, quizá por los altos precios de las entradas, fue a ver a la diva, y quedó en éxtasis tras sus intervenciones, especialmente en la intensa segunda parte. Entre los famosos se pudo ver al periodista Iñaki Gabilondo y al exalcalde Gallardón. Aunque no todo era purpurina: tenía a mi lado a dos rubias peliteñidas eslavas que hacían un cuchicheo molesto cuando no cantaba la diva, algo que fue intenso cuando cantó el barítono, y peor aún, una de ellas se puso a tararear el Vissi d'arte, lo que me obligó a mirarla fijamente para que dejara de hacerlo. 

Netrebko nos ha hecho pasar un buen rato con un repertorio en el que ha sido aclamada mundialmente, y que se ve que domina. Ojalá volvamos a verla pronto en otro concierto o en una ópera escenificada. La diva del siglo XXI ha  vuelto a conquistar el Teatro Real.

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