viernes, 22 de junio de 2018

La Bayadera, por el Ballet de Monterrey, en los Teatros del Canal. 21 de Junio de 2018.






La Bayadera es de los títulos más emblemáticos del ballet clásico. Por su complejidad, dicen que sólo las grandes compañías son capaces de montarla. La competente música de Ludwig Minkus, con un bello segundo acto y el toque de exotismo que gustaba en el siglo XIX la hacen fascinante. La visita del Ballet de Monterrey a Madrid con este infrecuente título, sobretodo en los escenarios españoles, era una cita indispensable para los amantes y entusiastas del ballet.

Y lo hace con una bella producción suntuosa -aunque a veces poco realista- y colorida, de impacto visual; a cargo de Raúl Font. La coreografía estuvo a cargo de Luis Serrano y José Manuel Carreño (director de la compañía), basada en la original de Marius Petipa. Se nota que, pese a la modestia, hay ambición en presentar este montaje. Esta ocasión, ha presentado la versión en dos actos, terminando la obra en el mundo de las sombras; aunque parece que no ha sido el único corte. 

El resultado ha sido una agradable tarde de danza, pese a los cortes y con la lógica reducción del cuerpo de baile. No hubo suerte con la música, que era grabada, lo que hacía que el público hablase en las oberturas e interludios musicales. Una pena, porque el preludio del acto segundo es una gran pieza orquestal.


Nikiya, la bayadera, estuvo a cargo de Junna Ige, que empezó un poco reservada, para marcarse un acto segundo memorable, y supo transmitir la fragilidad y el drama de la protagonista enamorada. Un momento muy teatral fue su danza final en el primer acto. 

Solor estuvo interpretado por Ernesto Mejica, cuya actuación fue a más. Grandes sus danzas en el segundo acto junto a Deborah Rodríguez, que interpretó a la malvada Gamzatti de forma memorable y con una técnica estupenda. Al igual que la protagonista, Mejica se reservó para un gran segundo acto.

Nicolás Merenda deslumbró con su agilidad interpretando al Fakir, del mismo modo que Brian Ruiz interpretó maravillosamente al ídolo de bronce.

En cuanto al cuerpo de baile, empezó reservado en la primera escena, pero fue a más, especialmente en la gran escena final del primer acto. Grandes danzas de las solistas en el segundo acto.


El teatro no estaba lleno, pero los que estuvimos presentes disfrutamos de una linda tarde de ballet. Los teatros del Canal se han convertido en un referente para la programación continua de danza clásica de calidad, pero con una producción al año no se crea afición. Esperemos que el Teatro Real tome nota también de esto y programe más danza clásica, porque es el lugar idóneo para ello.


Algunas fotografías no son de mi autoría, si alguien se muestra disconforme con su publicación en este blog le pido que me lo haga saber inmediatamente.

miércoles, 6 de junio de 2018

Reseña: Maria by Callas: In Her Own Words, de Tom Volf.


Hablar de ella y de su arte es siempre una labor titánica. Con ese reto por delante, el joven director Tom Volf convierte a Maria Callas en narradora de sus vivencias, en una muy interesante película documental que lleva dos semanas en las salas de cine.

La Callas nos cuenta su arte de la Ópera. Con sus ideas entendemos la revolución que supuso su figura en el modo en que hoy entendemos la ópera representada. No se trata solamente de un género musical a cargo de músicos que se limitan a reproducir virtuosismo sin emoción alguna, sino de un género también teatral que contaba una historia, y transmitía sensibilidades y emociones por todas partes. Esto era algo que ella tenía claro: la interpretación del drama y la música era algo que había que cuidar, y eso la convirtió en una de los cantantes de ópera más grandes de todos los tiempos.

Cuando, en medio del escándalo que supuso la cancelación de la función de Norma en Roma en 1958, explica que "había alguien anunciado en el cartel a quien había que respetar: el maestro Bellini" y que por ese motivo no podía continuar la función mal porque sería una afrenta a su obra ... no nos queda otra que entenderla.

Y Maria, la mujer. Esa mujer que sacrificó su infancia por su arte, con una madre que no la entendió, su matrimonio fracasado y la relación destructiva con Aristóteles Onassis, donde la descubrimos enamorada, por medio de sus cartas. Consciente de su arte, pero devorada por el mismo. Una mujer que sufrió tanto.

La película tiene la curiosidad de presentar, además de entrevistas y grabaciones, abundante material inédito de escenas de su vida y representaciones de ópera, estas últimas sincronizadas perfectamente con sus grabaciones. De estas últimas vemos algunos fragmentos ya conocidos de su Gala de París en 1958 y el Vissi d'Arte del legendario acto segundo de Tosca que grabó en Londres en 1964 entre otros, todos ellos coloreados, lo que da una sensación de estar presente en esas funciones. También algunas cartas personales de la artista, leídas por la actriz Fanny Ardant, quien la interpretó en la película "Callas Forever".

En cuanto a su vida privada, la película nos muestra  también su lado socialité, vestida a la moda y rodeada de personajes de la alta sociedad y hasta de la realeza, que acuden sus actuaciones vestidos con sus mejores galas. Pero todo esto palidece cuando conocemos la historia de Maria y escuchamos las opiniones de la Callas sobre cómo se hace ópera, cuando vemos la locura de sus admiradores, cuando vemos filmaciones caseras de la diva descansando de sus actuaciones.

Maria Callas interpretando "Ah,non credea mirarti" de La Sonnambula. Dirigida por Georges Prêtre. 1965.

No debería seguir, por si se quiere ver la película. Creo que pese a que tiene algún defecto, está perfectamente presentada y sincronizada con la banda sonora (magníficamente remasterizada por cierto). Y creo también que será interesante de ver para todo aficionado a la ópera y por supuesto, para todo admirador de La Divina.