lunes, 28 de febrero de 2022

El esperado retorno de la diva: Ainhoa Arteta y Ramón Vargas en el Teatro de la Zarzuela.


Tras una larga ausencia, Ainhoa Arteta vuelve a los escenarios. Durante el año pasado, su salud se vio muy afectada, algo de lo que se hicieron eco todos los medios de comunicación del país. Los aficionados lo sentimos realmente, y además de desearle una pronta recuperación, esperábamos el momento en que volviera. De hecho, a medida que iba cancelando sus compromisos para esta temporada, ese día parecía estar lejos. Sin embargo, a finales de enero de este año se anunció la buena nueva: Arteta volvería a los escenarios el 27 de febrero. Y lo haría en Madrid, en el Teatro de la Zarzuela, en el mismo escenario que tanto la ha aplaudido y disfrutado de su arte en los últimos años, y que ha considerado como su casa.
Pero además, no vuelve sola: junto a ella, también canta el tenor mexicano Ramón Vargas. Ambos artistas, acompañados al piano por Javier Carmena, han interpretado un concierto dedicado a la canción española, italiana, napolitana, mexicana y latinoamericana en general, en un atractivo programa que se detalla aquí:

JAYME OVALLEI - Azulão (1944), Modinha (1945) - Ainhoa Arteta
CARLOS GUASTAVINO - La rosa y el sauce - Ainhoa Arteta
FRANCESCO PAOLO TOSTI  - Non t’amo più! (1985) ,Ideale (1982) - Ramón Vargas
PIETRO MASCAGNI - Serenata (1894) - Ramón Vargas
FÉLIX LAVILLA - Cuatro canciones vascas: Ai Isabel, Isabel , Anderegeya, Loa-Loa , Aldapeko, Mariya  - Ainhoa Arteta
ERNESTO TAGLIAFERRI  - Passione (1934) - Ramón Vargas
CESARE ANDREA BIXIO - Parlami d’amore, Mariú! (1932) - Ramón Vargas
SALVATORE CARDILLO - Core ‘ngrato! (1911) - Ramón Vargas
ANTÓN GARCÍA ABRIL - Tríptico (1974): Agua me daba a mí , A pie van mis suspiros , No por amo - Ainhoa Arteta
AGUSTÍN LARA  - Amor de mis amores (1934) - Ramón Vargas
MARÍA GRÉVER - Júrame (1928) - Ramón Vargas
ARMANDO MANZANERO - Somos novios (1968) , Esta tarde vi llover (1967) - Ramón Vargas
MANUEL DE FALLA  - Siete canciones populares españolas (1914) - Ainhoa Arteta
Propinas: 
Bésame Mucho - Ainhoa Arteta y Ramón Vargas
Dueto cómico de Los Claveles "Goro del alma" - Ainhoa Arteta y Ramón Vargas


A la entrada del teatro se encontraban cámaras de televisión, y diversas caras famosas se dejaban ver, tal era la expectación. Y dentro, el teatro lleno hasta la bandera. Así las cosas, cuando la soprano salió al escenario, con un deslumbrante vestido azul, fue recibida con un caluroso y prolongado aplauso que terminó por emocionarla. Arteta, a sus espléndidos 57 años, aún tiene un precioso material vocal, aunque ya entrado en madurez. Ese centro aterciopelado, le da a sus interpretaciones un timbre dramático, que sumado a la expresividad de la artista se convierte en algo muy bonito. Quizá pueda pasar algún apuro en el agudo, pero los graves pueden ser bellos, como relataremos a continuación. Con todo, la experiencia de Arteta en la canción lírica hace que le ponga un mimo, una delicadeza enternecedores cuando es necesario, y también pasión y dramatismo. Empezó con una deliciosa interpretación de  las canciones de Jayme Ovallei, tras las cuales se dirigió al público para agradecer su presencia y para presentar a Ramón Vargas, sin el cual, ella aseguró que no se encontraría en el escenario. Arteta fue mejorando a medida que transcurría el programa, pasando por unas canciones vascas de Lavilla y el Tríptico del recientemente fallecido García Abril (homenajeado por la cantante). Las canciones de García Abril fueron interpretadas, ya que este autor es habitual en los recitales de la soprano, desplegando la belleza de su centro e interpretándolos con una sensibilidad que emocionó al teatro. Arteta cerró su intervención oficialmente con las Siete Canciones Populares de Falla, para las que además se cambió de vestido, con una enorme falda roja, algo muy español. Y puede decirse que estas fueron su mejor interpretación de la noche, ya que las cantó con arrojo, con un estilo folclórico que se acopla bien a la música de Falla. Además el grave, resultó maravilloso, desgarrador, haciéndolo todo más intenso, más visceral.


Ramón Vargas se subió al Teatro de la Zarzuela después de muchísimo tiempo. El legendario tenor mexicano, al presentarse, tuvo unas palabras de elogio para su compañera, al alabar su fuerza para levantarse ante la adversidad. Aunque el principal foco de atención fuera el regreso de Arteta, él tambien comparte la gloria de este recital por igual. Y ciertamente, Vargas aún mantiene su bellísimo timbre juvenil, lírico y vigoroso al mismo tiempo, y una impresionante proyección, con una voz que corre por la sala.  El primer bloque de canciones (ya que ambos se iban turnando en el escenario cantando cada uno un puñado de piezas) del tenor estuvo formado por canción italiana, con obras de Tosti y Mascagni. Hay que decir que Vargas parecía contenido en esta parte. La bellísima y emotiva Ideale la abordó un poco de esta manera, aunque hay que decir que a medida que transcurría la canción atacaba con florituras en "una novella aurora", cerrando la pieza con una bella nota afalsetada. Ya fue en las canciones napolitanas donde la voz alcanzó su plenitud, llegando a deslumbrar con su generoso volumen, pese a que el agudo le supuso algún apuro en Core 'ngrato. Donde la cosa rozó el delirio fue en las canciones mexicanas, que cantó con sentimiento. Júrame, fue la mejor cantada, aunque con los dos temas de Armando Manzanero se llevó el aplauso del público, dada su apasionada interpretación.


Finalmente, hubo dos propinas, que los artistas interpretaron a dúo. La primera fue el Bésame Mucho, en la que Vargas estuvo radiante, frente a una Arteta que lo abordó de forma más sensible. La segunda fue el desternillante dúo cómico de Los Claveles, en la que ambos cantaron con gracia, despertando las carcajadas del público.

Como pianista acompañante, Javier Carmena hizo un buen trabajo, muy especialmente en las canciones de García Abril, donde recreó el ambiente tan hermoso y muchas veces íntimo de la música de piano de este autor. 


Antes de que Arteta y Vargas cantasen el Bésame Mucho, una señora del público le dijo a la soprano que España y Madrid la querían, lo que hizo que la artista se diera la vuelta para llorar de emoción, ante los aplausos fuertes del público. Un concierto muy emotivo, en el que Ainhoa Arteta se ha reencontrado con su adorado público, y en el que hemos pasado dos horas en el mágico mundo de un programa musical muy bien escogido. Sin duda, una bella tarde lírica.

Foto de portada: EFE. Todos los derechos reservados para ellos.
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domingo, 27 de febrero de 2022

Cuando te sonríe la fortuna ¿es por tu bien?: El Sobre Verde por el Proyecto Zarza, en el Teatro de la Zarzuela.

Una vez más, el Proyecto Zarza, compañía formada por cantantes-actores menores de 30 años, vuelve al Teatro de la Zarzuela para acercar el género a los más jóvenes. Estos muchachos han convertido sus producciones anuales en una cita obligada, despertando el entusiasmo entre los alumnos y las familias que asisten a las funciones. Hace un año, esta compañía logró su mejor producción con "Amores en Zarza", un estupendo y divertido popurrí dramatizado, con números muy populares, que llegaron al espectador, haciéndole sentir, más que con cualquier otra de las suyas, parte del espectáculo.  

Ahora es el turno de El Sobre Verde, un "sainete musical con gotas de revista" del maestro Jacinto Guerrero. Una de las obras más importantes del llamado "género frívolo". En una época donde el consumismo, el desarrollo económico y el desparpajo de los felices años 20 se abrían paso en una conservadora España sumida en una dictadura militar, esta obra tan frívola como castiza, fusiona elementos tan clásicos como el chotis o el pasacalle junto a otros, entonces modernos como el tango, el fox-trot o el charlestón. Pero además entre tanta alegría, esta obra tiene una moraleja.Que la fortuna y el dinero no siempre traen la felicidad y  el cómo de mal los administremos; nos puede hacer colisionar a alta velocidad con la dureza de la realidad, como le pasa al pobre Nicanor, un pobre vividor que no sabe cómo lidiar con su buena suerte.

Este año, las cabezas de esta producción son dos mujeres: una es Nuria Castejón en la puesta en escena. Castejón, coreógrafa del inolvidable "Amores en Zarza" del año pasado, ahora debuta en Zarza como directora de escena. En principio, la producción es bastante tradicional, aunque Álvaro Tato se ha encargado de adaptar el texto para el público actual. La puesta en escena muestra, a diferencia de la tónica general de las adaptaciones que suele hacer Zarza, la época en la que se estrenó esta obra, tanto en el vestuario, como en parte de la iconografía. Por tanto, los años 20, sus modas y su cine, una época ya muy desconocida para los más pequeños, aparecen en escena. Precisamente por eso, el personaje de la Fortuna y su mayordomo aparecen de vez en cuando haciendo una pausa para explicar cosas como el equivalente actual del gordo, el charlestón o los peinados garçon (que aunque estemos viviendo unos nuevos años 20, no parece aún que vayan a volver en masa). La puesta en escena tiene como referencia unos bancos, que reciben al espectador cuando entra en la sala. Una curiosidad es que cuando Nicanor cuenta que ha ganado el gordo, cada vez que se refieren al cupón o al premio, saltan dos "niños" de San Ildefonso cantando "Quince millones de pesetas", como un recuerdo de los antiguos gordos que están en el recuerdo de todos los que tenemos más de treinta años. 

Espectacular el acto segundo, con la representación del Hotel Fortune, en Nueva York, con las luces de los rascacielos de fondo y también lo ha sido la escena de los bailes en lo alto del rascacielos. Todo, sin embargo, se desvanece cuando Nicanor descubre su pobreza. Entonces la música colorida y alegre da paso a una escena de solo diálogo donde Fortuna le recuerda al desdichado protagonista, que más que ella, las malas decisiones de Nicanor le han llevado allí. Entonces un coro hablado, el Trabajo, trae una pequeña luz de esperanza. El pobre protagonista aparece de nuevo donde empezó todo, en la pobreza. ¿Habrá aprendido? Un espectacular baile final (lo que da cuenta del buen hacer de Castejón como Coreógrafa) nos recuerda que la suerte es efimera: hoy eres rico, pero mañana duermes solo en un banco. El vestuario de Gabriela Salaverri muestra el colorido, la fantasía, la brillantez de la revista con el vestuario de las monedas (que nos recuerdan a otro clásico, las burbujas de Freixenet), de la Fortuna y en las danzas en Nueva York. 

La otra lideresa, es la maestra Cecilia Bercovich. La violinista ha estado al frente de la orquesta, en esta ocasión compuesta por ocho músicos, todos ataviados como en los años veinte. La orquesta, puede decirse que ha sonado con fuerza, recreando la vitalidad de la música y de sus ritmos, haciendo que el ambiente mágico del género chico se percibiera en la sala. Uno se sentía realmente en una función de cabaret, con el vigor de estos músicos.

Esta obra está repleta de personajes, y además la gran mayoría del elenco hace hasta dos o tres, lo que el sentido de lo coral se incrementa. La entrega de estos muchachos año tras año hace los espectáculos cada vez más disfrutables. Y esta juventud ha descubierto nuestro género, nuestro gran patrimonio lírico. Ellos parecen ser una prueba más de que la zarzuela, sobretodo el género chico, no es un desfile de chulapos hablando en una vieja jerga, sino que puede seguir conteniendo mensajes de rabiosa actualidad. La zarzuela ya es suya para siempre. Y lo saben. Aun así, pueden destacarse participaciones, pese al excelente nivel del grupo.

David Pérez Bayona, uno de los principales artistas de la compañía, ha encontrado en la zarzuela un nuevo camino en su carrera gracias a Zarza, donde le vi por primera vez en 2019, y del que el Teatro de la Zarzuela ha sido un feliz testigo. En esta producción el rol protagonista ha recaído sobre él: el pobre Nicanor, que no supo gestionar su fortuna. Pérez Bayona interpreta a un Nicanor que pese a su pobre condición, es un joven soñador, que pese a la miseria aparenta hidalguía. Encarnado por él, el protagonista es un joven que se entrega a los excesos, como sucede con millones de jovenes en la vida real, sin medir las consecuencias. Resulta conmovedor y enternecedor ver este retrato de Nicanor, al mismo tiempo que transmite lo pillo y dicharachero del personaje.

Cristina García ha dado la nota de glamur, sensualidad, e hilaridad con su personaje de la Fortuna, el hilo conductor de esta comedia con moraleja. De esta manera, da una idea de la sensualidad y el humor de la revista en la época. Estupenda. 

Nuria Pérez, en el rol de Chelo, ha sido una de las grandes sorpresas de la noche, en la mejor prestación que le he visto en estos cuatro años que llevo siguiendo a Zarza. En el chotis de las organilleras ha interpretado con una graciosa y al mismo tiempo grave voz la animada pieza, pese a que no le debió resultar nada fácil por tesitura. Pero no solo salió airosa, sino que realmente la interpretó como su personaje: una cantante callejera, pero entregada a su oficio para sobrevivir. Maravillosa. 

Julia Adún hizo una interpretación colorida, sensual de su baile brasileño, en una recreación entre Joséphine Baker y Carmen Miranda. Andro Crespo estuvo muy divertido en el rol del fiel y compasivo Simeón, del mismo modo que Aarón Montes como el desternillante mayordomo de la Fortuna. 

La función, con el patio de butacas lleno, y alta ocupación, terminó con una jubilosa ovación por parte del público. Como es habitual en Zarza, el evento terminó con un coloquio final, en que el público confirmó su entusiasmo y preguntó a los jóvenes intérpretes sobre temas como su implicación por la zarzuela o la adaptación de esta obra en concreto. Además, el director Daniel Bianco pidió un aplauso para dos familiares de Blanca Suárez Zarza, quien interpretó a Chelo en el estreno de 1927. Al tratarse de la última función, Bianco no pudo evitar emocionarse al pedir a los artistas que definieran su participación en una palabra, antes de terminar el encuentro. 

Zarza, una vez más, y lo volveré a decir el año que viene seguramente, lo ha vuelto a hacer. Ahora, por primera vez (otra pregunta del público: ¿harán giras?) saldrán de Madrid para llevar esta obra a Avilés. Confiemos en que los asturianos disfruten tanto como lo hemos hecho nosotros. ¡Hasta el año que viene, Zarza!

Las fotografías no son de mi autoría, si alguien se muestra disconforme con la publicación  de cualquiera de ellas en este blog le pido que me lo haga saber inmediatamente. Cualquier reproducción de este texto necesita mi permiso.


domingo, 13 de febrero de 2022

Leb' wohl du kühner, herrlicher Ring! Götterdämmerung at the Teatro Real conducted by Friedrich Suckel.

 


Madrid, February 11, 2022.

I didn't expect to return, but after being invited by a friend, I couldn't ressist another chance to see the Götterdämmerung current production at the Teatro Real again. So, I bid farewell to the Ring, until the next time I have a new opportunity.

During this week, several changes have affected the cast. On the performance of February 7, Ricarda Merbeth was replaced by Catherine Foster, and Christa Mayer sang the First Norn. In addition, the maestro Pablo Heras-Casado has announced that due to Covid, his assistant Friedrich Suckel is going to replace him until his recovery.


For last night's performance, Lauri Vasar has been replaced by Markus Eiche as Gunther, and finally Claudia Huckle could reprise her double role as First Norn and Flosshilde. 

Assistant at such important places like Bayreuth or Baden-Baden, Friedrich Suckel has succeded by picking Heras-Casado's baton. His conducting has revealed as a great surprise. Suckel has conducted the Teatro Real Orchestra by making it sound in a different way than Heras-Casado Casado. His tempi seemed to be slower than the main conductor, but he has made the orchestra to sound brighter, more epic and very inspired. The Siegfried's Journey through the Rhine interlude sounded vivid, the strings with a more shining sound. On the other hand, brass hadn't their best night. Despite this, the Funeral March was by far the best moment of the night, with the orchestra playing it so powerfully. The chorus sounded as good as usual, with the line "Hagen, was tust du" sounding very breathtaking, after Siegfried's death.

Markus Eiche sang by far a better Gunther than Lauri Vasar. Eiche's voice is bigger, and has a beautiful, liederistic tone (that is why he is a major performer of Tannhäuser's Wolfram), giving his role a touch of nobilty and elegance, though the orchestra sometimes surpassed him.

Claudia Huckle, after being replaced in past performances by Anna Lapkovskaja, Marina Pinchuk and Christa Mayer, was a superb Flosshilde. Her voice was the biggest of the Rhinemaidens and her contralto-like tone alongside her generous volume, made her one of the best supporting singers of the night.


The rest of the cast was mostly at the same level like 2 weeks ago. Andreas Schager reprised his amazing, vigorous Siegfried. Ricarda Merbeth also her lyrical Brünnhilde, with a passionate singing. Stephen Milling improved his Hagen, sounding (making an effort, though) dark, making his voice to be heard throughout the hall and portraying his roles evil quite well. Martin Winkler, Amanda Majeski and Micaela Schuster reprised in an excellent level their respective roles as Alberich, Gutrune and Waltraute.  

As Robert Carsen's production is concerned, I have told everything in my previous complete review about this performance. Maybe, we could add that we have seen a production with an interesting idea, but not always easy to put on stage. Some action could be missed at the end, despite the spectacular fire and rain onstage. Carsen's visión has staged what now has become a serious warning: if we mistreat nature this way, it could easily wipe us. 


The audience has enjoyed again, judging by the comments heard after while living the theatre. Even I saw kids (which is  brave) with their parents, sit close to me. And unlike the one who got asleep in the 2004 production,  these ones didn't. Even when still several Götterdämmerung performances left, we wagnerians are already longing to see another Wagner opera on stage. Which will be the next Wagner opera in Madrid? When? I wish it was Meistersinger, not staged at the Teatro Real since 2001. But one thing is for sure: we will never forget this Ring, which defied the global pandemic in all of its stages, putting Madrid in the world operatic map.


Thanks to taganana.blog for making this possible. This review is dedicated to him.

Update: I chose a title to bid farewell to this Ring, but since I don't speak German I made a mistake for German speakers. I changed the gender to masculine, which truly goes with the word Ring. 


My reviews are not professional and express only my opinions. As a non English native speaker I apologise for any mistake. 
Performance pictures are copyrighted by the Teatro Real. All rights reserved.
The photographs are from the internet and copyright belongs to its authors. My use of them is only cultural. If someone is uncomfortable with their use, just notify it to me.
Any reproduction of my text requires my permission.


sábado, 12 de febrero de 2022

Otra visión del gran drama: El Ocaso de los Dioses en el Teatro Real dirigido por Friedrich Suckel.


Madrid, 11 de febrero de 2022.

No contaba con ver de nuevo El Ocaso en el Real, pero un amigo me invitó y no pude resistir la tentación de volver. En un principio contaba con ello. Sin embargo, no es nada fácil repetir una función de casi seis horas. Pero al caerme esta entrada del cielo no pude resistirme a la tentación de volver, ahora sí por última vez, a una función más de una de mis óperas favoritas.
Esta semana, han tenido lugar varios cambios en el reparto. El pasado martes, Catherine Foster tuvo que sustituir a Ricarda Merbeth como Brunilda, y Christa Mayer vino para cantar la Primera Norna. Además, ese mismo día el maestro Pablo Heras-Casado anunció que debido al Covid, debía retirarse temporalmente de la producción, siendo sustituido al frente de la orquesta por su asistente, Friedrich Suckel. Además, Lauri Vasar, el Gunther titular, ha tenido que ser sustituido por Markus Eiche. La función de hoy también ha supuesto el regreso de la mezzosoprano Claudia Huckle, en los roles de Primera Norna y Flosshilde. 


Como Gunther, Markus Eiche ha sido de lejos mejor que Lauri Vasar. Partiendo de una voz  más atractiva y con más volumen (lo que no le exime de verse sobrepasado por la orquesta en el tercer acto). La voz de Eiche tiene ese toque liederístico que hace que en roles como Wolfram sea un intérprete destacado, y en el caso del pusilánime Gunther, dándole un bello toque dramático, y también de nobleza.

Claudia Huckle por fin se incorpora tras dos semanas siendo sustituida por varias mezzosopranos. Fue mejor Flosshilde que Primera Norna. Como la hija del Rin, Huckle exhibió una bellísima voz grave, oscura, contraltada, que la hizo destacar por encima de sus compañeras. 


En cuanto al resto del reparto, Andreas Schager repitió su vigoroso Sigfrido, incluso en mejor forma que hace dos semanas, con una voz poderosa, con timbre juvenil. Y de nuevo su interpretación del héroe como un personaje bravucón, violento, que infunde respeto. Ricarda Merbeth sigue sin ser la voz ideal para el personaje, pese que se deja la piel cantándolo, especialmente en la Inmolación, donde tiene unos agudos bellísimos. Stephen Milling como Hagen ha estado mejor que hace dos semanas. Haciendo un gran esfuerzo, se ha hecho notar a partir del segundo acto, con un volumen considerable y una voz oscura, de villano, aunque no le eximió de ser a veces tapado por la orquesta. Micaela Schuster volvió a cantar su destacada Waltraute, una voz de volumen torrencial, con un monólogo cantadi apasionadamente. Martin Winkler y Amanda Majeski repitieron sus destacadas interpretaciones como Alberich y Gutrune, respectivamente. 

De nuevo el Coro volvió a interpretar la obra con su genial sección masculina, especialmente en el tercer acto, con una escalofriante intervención en la línea "Hagen, was tust du?", en la muerte de Sigfrido, demostrando que son capaces de crear ambiente.


Sobre la puesta en escena de Robert Carsen, poco puedo añadir a lo ya dicho en mi anterior crítica. Creo que esta ha sido la mejor escénicamente de las cuatro óperas de la Tetralogía. No es una idea fácil, representar un concepto tan (y cada vez más) actual para una obra tan larga y tan complicada. Y ciertamente, a veces se echa de menos más acción, especialmente al final, pero la emoción no deja de estar presente, como al final, cuando la lluvia que calma el fuego deja todo limpio, sin fuego, sin desperdicios, ¿para siempre? ¿o para que la vida empiece de nuevo?  Aunque no siempre ha tenido una feliz traducción a lo largo de toda la Tetralogía, se ha llevado a escena, a una obra que admite todo tipo de interpretaciones actuales, la advertencia de lo que podría pasarnos si no salvamos el planeta. Que éste nos puede borrar de un plumazo.

 

El público del Real, juzgando por los comentarios escuchados en los pasillos, ha disfrutado del Ocaso. Incluso he visto a niños (lo que no deja de ser una valentía) con sus padres. Ahora solo queda seguir, continuar con la vida lírica, y soñar con la proxima Tetralogía que veamos en vivo en nuestra ciudad. El poder del Anillo, de su drama, de su profundidad, entra en uno y no lo deja salir. Ojalá volvamos a ver pronto una obra wagneriana en el Real ¿Los Maestros Cantores, tal vez? Quién sabe. Pero incluso antes de que acaben las funciones, ya hay ganas de más Anillo. Y de más Wagner.

Gracias a taganana.blog por hacerlo posible. A él está dedicada esta crítica.

Las fotografías no son de mi autoría, si alguien se muestra disconforme con la publicación  de cualquiera de ellas en este blog le pido que me lo haga saber inmediatamente. Cualquier reproducción de este texto necesita mi permiso.