El Ciclo de Lied del Teatro de la Zarzuela, arranca su nuevo ciclo con una de las citas más esperada de esta nueva temporada que comienza: el recital de Lise Davidsen, quien debuta en este teatro.
Esta soprano noruega es una de las cantantes más aclamadas y solicitadas en la actualidad. Su poderosa voz y su imponente presencia (se trata de una mujer muy bella y de estatura alta). Además, es una cantante cuyo repertorio es versátil, con roles que abarcan desde la Elisabeth del Tannhäuser wagneriano que la consagró en 2019, pasando por Fidelio, Sieglinde, la Mariscala, Eva, o Leonora de la Forza del Destino. En España ha cantado recientemente en recitales, más que en ópera escenificada: así, en el Teatro Real dio un concierto en 2022, y en el Liceu de Barcelona cantó junto a Iréne Theorin, en la despedida de Waltraud Meier de los escenarios españoles, y en 2024 cantará el primer acto de la Valquiria en concierto. La Davidsen también se prodiga en el ámbito del lied. Recientemente, ha obtenido un clamoroso éxito en Nueva York en un recital con un contenido parecido al de esta noche. Junto al pianista James Baillieu, nos han ofrecido el siguiente programa:
PRIMERA PARTE
Fem Digte af Otto Benzon, op. 69 (1900)
Alban Berg (1885-1935)
Sieben frühe Lieder (1907)
SEGUNDA PARTE
Franz Schubert (1797-1828)
An die Musik, D 547 (1817)
Lachen und Weinen, D 777 (1823)
Die junge Nonne, D 828 (1825)
Gretchen am Spinnrade, D 118 (1814)
Erlkönig, D 328 (1815)
Litaney auf das Fest Aller Seelen, D 343 (1816)
Jean Sibelius (1865-1957)
Fem sånger, op. 37 (1900-1902)
Svarta rosor, op. 36, nº 1 (1899-1900)
Bises:
Edvard Grieg (1843-1907)
Ein Traum
Zur Rosenzeit
En la primera parte, la Davidsen empezó con los bellísimos "cinco poemas" de Edvard Grieg, en los que como bien dijo ella tras acabarlos, el público pudo entrar en contacto con el idioma noruego. Siempre es un placer escuchar en vivo la música del gran Alban Berg. Estas siete canciones, aunque agradables y al mismo tiempo dramáticas, tienen ya algunas puntadas de lo que veinte años después se convertiría en el autor de Wozzeck y Lulu, retratando la oscuridad humana en la música. Algo de eso hay en los primeros acordes de la primera canción, Nacht. La dicción alemana de Davidsen es tan exquisita que las palabras podían distinguirse claramente, como si fuera su lengua materna en lugar del noruego.
La segunda parte fue lo mejor del recital. Davidsen despliega aquí sus poderosos medios vocales, ya que su timbre vocal, rotundo, recuerda a las glorias del pasado: hay momentos que recuerdan a Kristen Flagstad, a Birgit Nilsson y incluso algún agudo a Astrid Varnay. Tiene agudos poderosísimos como también es capaz de graves destacables. Empezó esta con unos lieder famosísimos de Schubert. De An die Musik dio una interpretación bella, prístina, sensible. De las más dramáticas Gretchen am Spinnrade y Erlkönig dio una interpretaciones muy operísticas, aunque las piezas se prestan a ello. Fue aquí donde su poderoso caudal vocal envolvió la pequeña sala del Teatro de la Zarzuela, aún resuenan, de Erlkönig, los gritos desgarradores "Mein vater, mein vater". Otro de los momentos más destacados del recital fue la Letanía, en la que desde la primera frase, Ruh'n in Frieden alle Seelen, en la que demostró su capacidad para hacer un bellísimo canto en piano, en una conmovedora interpretación. Antes de cantar las canciones de Sibelius, Davidsen se dirigió al público para comentar que si bien en el Norte de Europa la gente es más fría y en el sur es más cálida, las canciones de Sibelius mostraban la capacidad para mostrar emociones intensas. Y así abordó este tramo final del recital, cantando ahora en sueco. Muy profunda la forma de cerrar la trágica canción Flickan kom ifrån sin älsklings möte (la chica volvió de encontrarse con su amado), pasando de la felicidad a la tristeza más absoluta, culminando con una cruda pronunciación de la palabra "otro" en sueco "infidelidad", que puso los pelos de punta. De propinas dio dos canciones de Grieg en alemán, en las que de nuevo volvió a demostrar el poderío de sus agudos y de su timbre dramático.
El pianista Baillieu fue tan excelente como Davidsen, ayudando a la voz a crear los ambientes, mundos mágicos a los que llevan las canciones al espectador. Logró hacer descender al público a las profundidades humanas en la primera canción de Berg, logró describir musicalmente la naturaleza bucólica de los lieder de Grieg y Sibelius, así como transmitir ese dramatismo casi escénico de las de Schubert.
El público en éxtasis, pese a no llenar la sala se prodigó en ovaciones. Un espectador le gritó en inglés "Te amamos, vuelve pronto", y tras la segunda propina, el público no paró de aplaudir, y de aplaudir, hasta que tuvo que volver a salir a escena. Confiemos que tras sus incursiones en concierto (tiene otra en el Teatro Real en enero, de arias de ópera), en algún momento podamos disfrutar de alguna de sus interpretaciones escénicas, y de gozar en plenitud de la voz de la que ya muchos aclaman como la mejor soprano wagneriana de la actualidad.
ENGLISH: Outstanding liederabend with Lise Davidsen at the Teatro de la Zarzuela.
Madrid, October 9, 2023.
The Lied Cycle held every season at the Teatro de la Zarzuela begins with one of the most awaited events of this new season: Lise Davidsen's recital, making her debut in this theater.
This Norwegian soprano is one of the most acclaimed operatic singers today, because of her powerful voice and her imposing presence (she is a very beautiful and tall woman). In addition, she is a singer whose repertoire is versatile, including roles such as Elisabeth from Tannhäuser (the role which paved her way towards stardom in 2019), Fidelio, Sieglinde, the Mariscala, Eva, or Leonora of the Forza del Destino. In Spain, she has recently sung in recitals, rather than in staged opera: thus, at the Teatro Real she gave a concert in 2022, and at the Liceu in Barcelona she sang alongside Iréne Theorin, in the Waltraud Meier's farewell to the Spanish operatic scene, and in 2024 she will sing there the Act One from Walküre in concert. Davidsen is also excellent singing lieder. Recently, she had a resounding success in New York, in a recital at the Met Opera, very similar to the last night one. Alongside the pianist James Baillieu, they have offered us the following program:
PART ONE
Fem Digte af Otto Benzon, op. 69 (1900)
Alban Berg (1885-1935)
Sieben frühe Lieder (1907)
PART TWO
Franz Schubert (1797-1828)
An die Musik, D 547 (1817)
Lachen und Weinen, D 777 (1823)
Die junge Nonne, D 828 (1825)
Gretchen am Spinnrade, D 118 (1814)
Erlkönig, D 328 (1815)
Litaney auf das Fest Aller Seelen, D 343 (1816)
Jean Sibelius (1865-1957)
Fem sånger, op. 37 (1900-1902)
Svarta rosor, op. 36, nº 1 (1899-1900)
Encores:
Edvard Grieg (1843-1907)
Ein Traum
Zur Rosenzeit
In the first part, Davidsen began with the beautiful "five poems" by Edvard Grieg, in which, as she said, after finishing them, the public was able to come into contact with the Norwegian language. It is always a pleasure to hear the music of the great Alban Berg live. His Seven Songs, although pleasant and at the same time dramatic, already have some hints of what twenty years later would become the recognisable style of the composer of Wozzeck and Lulu, portraying human darkness in music. There is something of that in the first chords of the first song, Nacht. Davidsen's German diction is so exquisite that the words could be clearly distinguished, as if it were his native language, rather than of Norwegian.
The second part was the best of the recital. Davidsen did show her powerful vocal means here, since her resounding vocal timbre is reminiscent of the glories of the past: there are moments reminding the sound of the voices of such legends as Kristen Flagstad, Birgit Nilsson and sometimes Astrid Varnay. She also has very powerful high notes, as well as being capable of remarkable low ones. She began the second part with very famous Schubert lieder. From An die Musik she gave a beautiful, pristine, sensitive interpretation. In some classics such as Gretchen am Spinnrade and Erlkönig,she gave very operatic renditions, although the pieces lend themselves to it. It was here that her powerful vocal flow reached every corner at the hall of the Teatro de la Zarzuela, and Erlkönig's heartbreaking cries "Mein vater, mein vater" still resonate in the listener's ear. Another of the most outstanding moments of the recital was the Litany, in which from the first phrase, "Ruh'n in Frieden alle Seelen", she demonstrated her ability to make a beautiful piano singing, in a moving performance. Before singing Sibelius' songs, Davidsen addressed the audience to comment that although people are colder-tempered in Northern Europe and warmer in the south.She stated that Sibelius' songs showed the ability to show intense emotions. And this is how she approached this final section of the recital, now singing in Swedish. Very profound is the way she closes the tragic song Flickan kom ifrån sin älsklings möte (The girl returned from meeting her lover), going from the initial happiness to the most absolute sadness, culminating with a raw pronunciation of the word "otro" in Swedish meaning" infidelity", which gave the audience goosebumps. As encores, she sang two Grieg lieder in German, in which she once again demonstrated the power of her high voice and dramatic tone.
The pianist Baillieu was as excellent as Davidsen, helping the voice to create the environments, magical worlds to which the songs take the viewer. He managed to bring the audience down to human depths in Berg's first song,managed to musically describe the bucolic nature of the lieder of Grieg and Sibelius, and to transmit the almost scenic drama of Schubert's.
The audience responded in ecstasy, despite not filling the room, but awarding Davidsen with strong ovations. A spectator addressed to her in English saying "We love you, come back soon", and after the second tip, the audience did not stop applauding, so she had to go back on stage to give a final bow. Let us hope that after her successful concerts (she has another one at the Teatro Real in January, of opera arias), at some point we will be able to enjoy some of her stage interpretations, and fully enjoy the voice of the singer who many people hail as the best Wagnerian soprano nowadays.
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