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La globalización hace que cada 1 de enero, el mundo entero comience el año de una de las formas más bonitas que puede hacerlo en Occidente: con el Concierto de Año Nuevo de la Orquesta Filarmónica de Viena. Muchos en todo el planeta sintonizan con la Musikverein de Viena, donde una de las orquestas más famosas del mundo interpreta valses de la familia Strauss y su época, en una tradición que data de 1939.
Este año, por séptima vez, dirige la orquesta el maestro napolitano Riccardo Muti, quien empezó en 1993, y cuya última vez en este concierto fue en 2021, cuando por la pandemia de Covid-19, se tuvo que hacer con la sala vacía. Ahora, con la sala llena, el maestro italiano vuelve a cautivar al público vienés, con un programa que ha destacado por la belleza de todas y cada una de las piezas. En una orquesta conocida por su tradicionalismo recalcitrante, este año se ha hecho historia: por primera vez, el programa incluye una pieza compuesta por una mujer, Constanze Geiger, autora del Vals Fernandino op. 10.
La complicidad de Muti con esta orquesta y su capacidad para hacer las piezas enormemente disfrutables se ha palpado en este concierto que ha sonado distinto de otras ocasiones. En la primera parte, lo que más destacó fue el vals Golondrinas de un pueblo de Austria, de Josef Strauss, las cuerdas empezaron como una caricia, y en esta pieza destacó el solo de clarinete, bellísimo. En el intermedio, se mostró una película, para conmemorar el bicentenario de Johann Strauss hijo, en la que se muestra un viaje espacial tripulado por Thomas Strauss, de 34 años, descendiente de Johann Strauss hijo, en el que se conectará con diferentes rincones de Viena, en los que un conjunto de músicos de la Filarmónica de Viena interpreta el Danubio Azul, la Obertura de El Murciélago y el Perpetuum Mobile. Thomas Strauss, un hombre de sonrisa atractiva y un cuerpo escultural, es presentado como un astronauta que emprende un viaje por las estrellas mientras escucha esta música.
La segunda parte presentó, entre otras, la Obertura de El Barón Gitano de Strauss hijo, en el que Muti demostró su destreza como director de ópera (opereta en este caso), haciendo sonar a la orquesta tan majestuosa como dramática, con las cuerdas sonando apoteósicas. Luego vino el famoso vals Aceleraciones, bellamente dirigido, acompañado de imágenes del Ballet de la Ópera de Viena, el cual también esuvo acompañando la polka rápida O una cosa o la otra. Otros momentos brillantes fue la Polka de Anna, dirigido con brillantez, y la polka Trisch-Trasch, en una versión electrizante, con la percusión cerrándola maravillosamente. Como propina se ofreció la polka La Bayadera, de Strauss hijo.
Tras la propina, Muti se dirigió al público en italiano, deseando para este año paz, amor y fraternidad para el mundo entero. A continuación dirigió las dos piezas que todos los años cierran el concierto: el Vals del Danubio Azul, el cual interpretó de forma bella, calmada, que permitía paladear la belleza de la pieza, y la Marcha Radetzky, acompañado de las palmas del público, a las cuales el maestro indicaba su entrada con gesto enérgico.
Ya se sabe que el Concierto del año que viene lo dirigirá Yannick Nézet-Seguin, quien lo hará por primera vez. La Filarmónica apuesta por las nuevas generaciones, aunque sigue habiendo voces que reclaman que una mujer dirija la orquesta. Al menos puede decirse que la tradicional orquesta sí apuesta por experiencia y excelencia con sus integrantes, pero nos resistimos a creer que no los puede encontrar también en una maestra.
ENGLISH: Riccardo Muti delights Vienna again in the 2025 New Year's Concert.
Globalization means that every January 1, the entire world starts the New Year by tuning in to Vienna's Musikverein, to watch the Vienna Philharmonic Orchestra New Year's Concert, in which one of the most famous orchestras in the world performs waltzes from the Strauss family and their era, in a tradition that dates back to 1939.
This year, for the seventh time, the Neapolitan maestro Riccardo Muti conducts the orchestra (the first time was in 1993), whose last time in this concert was in 2021, when due to the Covid-19 pandemic, he had to do it in an empty hall. Now, with full occupation, the world-famed Italian conductor once again delights the Viennese audience, with a program that has stood out for the dazzling beauty of each piece. In an orchestra known for its staunchly traditionalism, history has been made this year: for the first time, the program includes a piece composed by a woman, Constanze Geiger, author of the Ferdinand Waltz op. 10.
Muti's complicity with this orchestra and his ability to make the pieces enormously enjoyable has been palpable in this concert, which has sounded different from other occasions. In the first part, what stood out the most was the waltz Swallows from a Town in Austria, by Josef Strauss, the strings began to sound like a caress, and in this piece the clarinet played accomplishedly its beautiful solo. In the intermission, a film was shown to commemorate the bicentennial of Johann Strauss Jr., which shows a space trip manned by the 34-year-old Thomas Strauss, a descendant of Strauss, in which he will connect with different corners of Vienna, where an ensemble of musicians from the Vienna Philharmonic perform the Blue Danube, the Fledermaus Overture and the Perpetuum Mobile. Thomas Strauss, a man with an attractive smile and a statuesque body, is presented as an astronaut who embarks on a journey through the stars while listening to this music.
The second part presented, among others, the Overture to The Gypsy Baron by Strauss Jr., in which Muti demonstrated his skill as an opera director (operetta in this case), making the orchestra sound as majestic as it was dramatic, with the strings sounding apotheotical. Then came the famous waltz Accelerations, beautifully conducted, accompanied by images of the Vienna Opera Ballet, which also accompanied the fast polka Entweder - oder!. Other brilliant moments were the Annen-Polka, brilliantly conducted, and the Trisch-Trasch Polka, in an electrifying version, with the percussion closing it out beautifully. As a tip, the polka The Bayadere, by Strauss Jr., was offered.
After the tip, Muti addressed the audience in Italian, wishing peace, love and brotherhood for the entire world this year. He then conducted the two pieces that traditionally close every New Year Concert: the Blue Danube Waltz, which he performed in a beautiful, calm way, allowing one to savor the beauty of the piece, and the Radetzky March, accompanied by the applause of the audience, to which the teacher indicated their entrance with an energetic gesture.
It is already known that next year's Concert will be conducted by Yannick Nézet-Seguin, who will do so for the first time. The Philharmonic is committed to new generations, although there are still voices calling for a woman to direct the orchestra. At least it can be said that the traditional orchestra does rely on experience and excellence with its members, but we refuse to believe that they cannot also be found in a female conductor.
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