martes, 19 de octubre de 2021

Crítica/Review. Kafka, íntimo y personal: György Kurtág y sus Kafka-fragmente en el Museo Reina Sofía (ESP/ENG).


For the English version, please scroll down.

György Kurtág no pudo coincidir con Franz Kafka, el afamadísimo escritor, en el tiempo, ya que nació dos años después de su muerte. Sin embargo, ambas sensibilidades se unieron en una obra tan radical, como íntima. La estancia de Kurtág en París en los años 50 no le pudo ser más provechosa: no solo estuvo en contacto con la vanguardia occidental, trabajando con Messiaen y Milhaud, sino que además la terapia que le proporcionó Marianne Stein, psicóloga vinculada al arte. Stein le trató en un momento de crisis personal y artística, animándole a escribir paulatinamente, buscando lo esencial. Su influencia fue importante en su posterior obra, puesto que desde entonces, Kurtág se despojaría de ornamentaciones innecesarias, basando su obra en la simplicidad, como expresión desde lo más personal. 

También en su periplo parisino, y teniendo en cuenta su capacidad introspectiva, se acercó al no menos introspectivo y cerebral Kafka. Basándose en una serie de apuntes privados del escritor que fue recolectando durante el trascurso de los años, Kurtág compuso en los años 80 una serie de fragmentos de esos cuadernos, anotaciones, cartas, para finalmente componer un ciclo de canciones, divididas en cuatro partes, para voz y violín. En esta obra se exploran los límites del instrumento, pasando desde notas en piano, etéreas, casi evaporándose, a los más estridentes agudos, gritos, arpegios y pizzicatos, como si realmente la obra reflejara lo más visceral del escritor, pero también al reducir la música a simplemente voz y violín (se necesitan dos violines, que el solista alterna), no necesita nada más para hacernos llegar hasta lo más profundo de él. Esos dos bellos y agudos instrumentos nos transmiten la intimidad de ambos creadores, haciendo que el auditorio se reduzca en espacio hasta quedar tan solo la concentración y los músicos.

Sakari Oramo y Anu Komsi / 
Sakari Oramo and Anu Komsi 

Este ciclo ya se ha visto en la capital española en otras ocasiones. Sin ir más lejos, Christine Schäfer e Isabelle Faust la interpretaron en el Teatro Real en 2013. Ahora ha sido el elegido para abrir la nueva temporada 2021-2022 del Auditorio 400 del Museo Reina Sofía, interpretada por una pareja artística de nacionalidad finesa: la soprano Anu Komsi y el violinista (y director de orquesta) Sakari Oramo, ambos también pareja sentimental. Komsi y Oramo ya han llevado al disco esta obra hace dos décadas. Komsi es una soprano de coloratura, con un timbre dulce y agradable, pero conocedora absoluta de la obra, como si esa dulzura no le restara sobriedad ni impacto a la obra, sino que los favoreciese. Oramo por otra parte se manejó bien en el violín, haciéndolo llegar al extremo con facilidad, especialmente en sus solos en la segunda y la tercera parte, donde nos introdujo en la crudeza y simplicidad de la partitura.

Como detalle, ya que en el programa de mano la lista de canciones solo figuraba en alemán, el señor Oramo saludó en castellano al público y leyó los títulos traducidos al español, para que el público entendiera, antes de tocar cada parte. La química entre ambos y en esta obra se hizo evidente, especialmente en la vis cómica de Komsi al imitar a su esposo al violín en la última canción de la tercera parte, lo que desató las risas y un aplauso  antes de tiempo.


Al terminar, el concierto se saldó con una atronadora ovación por parte del público, con cuatro salidas al escenario por parte de los artistas, lo que valida la reputación de estos fragmentos como una de las más importantes obras de cámara de la segunda mitad del siglo XX. Ganas hay de volver a verlo.

Aquí pueden escuchar una lista de reproducción de Youtube con la grabación de esta obra por Komsi y Oramo.

English: Kafka, intimate and personal: György Kurtág and his Kafka-Fragmente at the Reina Sofía Museum.

György Kurtág didn't meet Franz Kafka, because he was born two years after the death of the worldwide-renowned writer. However, both artists were as both as sensitive and reflexive, so their sensibilities were reunited in Kurtag's Kafka-Fragmente, a song cycle divided in four parts.  In the 50s, Kurtág spent some time in France, where he came into contact with the musical avant-garde, studying with Messiaen and Milhaud. In addition, he met the art psychologist Marianne Stein, who influenced him in such a way, that he even disowned his previous work.  Stein taught Kurtág how to write step by step, getting rid of unnecesary ornamentations, and to focus into the most essential.  This simplicity, as the most perfect expression of the most personal sphere.


During his Parisian stay, he delved into Kafka's work, and when he returned to Budapest, he started to collect letters, notes, and another private writings from the author, resulting in an introspective, radical and intimate work, composed in the 80s, the Kafka-Fragmente. In this four-part song cycle for soprano and violin, Kurtág, in his characteristical simplicity, sets to music Kafka's private reflexions, thoughts and emotions. The work explores the limits of the instruments, and takes them to their ultimate extreme: low notes, pianissimi, whispers, words and notes about to evaporate with silence, as well as high notes, screams, loud pizzicatos and arpeggios. So, Kurtág with the simplicity of voice and violin tries to explore the most visceral and at the same time the deepest, most private, inner side of Kafka's spirit. Both instruments introduce the listener into a such reduced space, remaining only concentration and music. 

Kurtág's cycle has been seen several times in Madrid. Indeed,Christine Schäfer and Isabelle Faust played an elegant version of at the Teatro Real in 2013. Now, it has been chosen to open the 2021-2022 season from the CNDM (Nacional Center for Music Diffusion), which organizes successful contemporary music cycles at the Auditorio 400 in the Museo Reina Sofía, the world-famed contemporary art museum in Madrid. For this occasion, the work has been played by an artistic (and also in private life) Finnish couple: the soprano Anu Komsi and the violinist, also conductor, Sakari Oramo. Komsi is a coloratura soprano, with a sweet, charming tone, but also a conoisseur. Her beautiful voice is not a "candy", but a successful complement of the work's sobriety and impact. Oramo commanded playing his instrument (in fact, he needs two violins, which he had to alternate), introducing the listener into the harshness and simplicity of the score, making it to sound virtuous and wild in the second and third parts.


As a kind gesture, since in the handbill the song list was only in German, Mr. Oramo greeted the audience and started to read the titles of the songs, now translated in Spanish, doing so before each part started. In addition, the couple's chemistry on stage was very obvious at the end of the third part, in which Mrs. Komsi's sense of humour emerged, by imitating her husband in the violin, making the audience to laugh and to applaud. 

At the end, a loud applause and big ovation awarded this accomplished rendition, confirming once again its reputation as a major chamber work in late 20th Century. We hope to see it again as soon as possible!

Here is a Youtube playlist for listening the Komsi-Oramo recording of this work.

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