domingo, 1 de noviembre de 2020

Despidiendo a la diva: últimos conciertos de Callas en Holograma en Madrid.

Anteayer volví para despedirme de la Callas. Una locura, lo sé. Pero con esto estoy entregándome al teatro antes de que la pandemia, y la demora en venta de entradas del Real se lleven mis últimas posibilidades de ópera en vivo por un tiempo...otra vez. En esta ocasión pude constatar el alto volumen que ponen en algún momento para que la voz suene por encima de todo, y tapar así cualquier atisbo de sonido orquestal o coral grabado, o la mezcla de audios de las distintas versiones de la Habanera en algunas notas para evitar que resulte evidente. O los cortes y repeticiones de frases sueltas en el Casta Diva o la Habanera.

Aún así... volviendo a ver el vídeo introductorio sobre su vida ,me volví a emocionar, y casi que no me arrepiento de haber vuelto. Y luego al volver a escuchar la voz de la Callas, aunque sea enlatada. Recordar de nuevo los agudos del Je veux vivre, tan espectaculares, o la destreza, la pasión y el dramatismo de la primera escena de Lady Macbeth. Su voz madura en ese momento de su carrera es un ejemplo de lo que Verdi deseaba para este personaje, pese a que su versión legendaria con De Sabata es la cima del rol, así como la belleza, que en 1959 (año de esta grabación) todavía tenía, en la zona aguda en la escena del sonambulismo, pese a que se corta.

Hoy me he centrado en la escena de la locura de Hamlet, que si bien el día 11 estuve un poco ausente en este momento, ahora he disfrutado del virtuosismo de la diva en la tesitura pese a sus fallos en una coloratura que dominaba hacía tan solo unos años. Al igual que en La Wally, que es la pieza anterior del concierto, pese a todo también deja una versión de bastantes quilates.

                               

También he vuelto a recordar el poderoso grave, sustentado más que nada en su talento dramático en la etapa final, que suena en sus números de Carmen, donde en la escena de las cartas ese "Toujours la mort" suena tan trágico que sobrecoge. He recordado que en el Vissi d'arte, que sigue siendo el momento más emocionante de la velada, pese a que Callas sigue siendo imbatida en la emoción, el poderío vocal, en la grabación aquí usada (la de Prêtre de 1965, en el final de su carrera), ya le cuesta llegar y mantener el agudo como en su legendaria versión de 1953 en el "Perché signor", pero aún así, sigue siendo la Tosca. Ni aún en declive, es superada. El Casta Diva final es un momento redondo, como ya dije antes, donde está maravillosa y emocionante.

A la Orquesta Sinfónica de Bankia la encontré igual que la vez pasada, por momentos un poco más inspirada. Lo que hoy falló un poco fue el proyector de vídeos, que dejaba el sonido pero tenía problemas con la imagen, de hecho tapó la mitad del video promocional de Bankia, llamado "Humanismo digital" pero luego funcionó sin problemas con los vídeos escogidos en el documental.

El público también formó parte del espectáculo. Con el teatro con alta ocupación, para los estándares de estos tiempos de distancia, el respetable estaba entusiasmado, sí, pero cuando el holograma hacía algún gesto como de parar al director o pedirles que esperen, algunos reían. Lo malo es que a veces no se sintonizaban con la Divina, ya que cuando su holograma pedía parar, la gente seguía aplaudiendo, posiblemente por hacer más caso al director de orquesta de carne y hueso. Y luego cuando se acercó al primer violín, posiblemente para que se levantase y le aplaudieran, nadie aplaudió. El problema que tuve fue que detrás de mí había una pareja madura que hablaba incluso en voz alta, cuando la orquesta o la Callas estaban en una nota alta, lo que fue un suplicio en el Casta Diva.

                                     

Por mi parte, he terminado con estas entrañables sesiones de ouija con La Divina. Tenía que volver, porque tal es la fascinación que ejerce en mí la diva que me he querido dar el gusto de "verla" en vivo una vez más. No obstante, el Teatro Bankia Príncipe Pío parece seguir adelante en su, ciertamente rentable, programación espiritista: ni más ni menos que Whitney Houston sustituirá a la reina de la ópera el próximo mes en la estación, ya hay marquesinas por toda la capital española anunciando su regreso a los escenarios. ¿Se convertirá Madrid en un referente mundial de hologramas cantantes?

La fascinación que el genio, la belleza y la trágica vida de Maria Callas despiertan en el público se manifiesta en el éxito mundial de esta gira "póstuma", que llena teatros pese a que todos sabemos que se trata de una entrañable farsa, porque tal y como dijo una espectador mexicano al finalizar el concierto en un vídeo de Youtube, "más que ver a la persona, la estás sintiendo".

Las fotografías no son de mi autoría, si alguien se muestra disconforme con la publicación  de cualquiera de ellas en este blog le pido que me lo haga saber inmediatamente.


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