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Madrid, 13 de octubre de 2022.
Raramente puedo asistir a un concierto de música de cámara. Y de hecho hace muchos años que no piso la sala de Cámara del Auditorio Nacional, pero en esta ocasión, y gracias a la generosidad de un amigo, he asistido a un concierto de una de las formaciones más importantes de España en esta materia: el Cuarteto Casals. Con veinticinco años de trayectoria, este cuarteto español se ha afianzado en el panorama internacional de la música de cámara, con una intensa trayectoria tanto musical como discográfica, en diversos auditorios y diferentes sellos. Este cuarteto abre la nueva temporada de Liceo de Cámara del Auditorio. Y en una sala con las localidades agotadas, esta agrupación nos trae tres piezas de grandes autores:
Franz Joseph Haydn (1732-1809)
Cuarteto de cuerda en la mayor, op. 20, nº 6 (1772)
Dmitri Shostakóvich (1906-1975)
Cuarteto de cuerda nº 4 en re mayor, op. 83 (1949)
Johannes Brahms (1833-1897)
Cuarteto de cuerda nº 2 en la menor, op. 51 (1873)
Bis: Danza del Molinero de El Sombrero de Tres Picos, de Manuel de Falla.
En un programa en el cual la luz es un elemento común a las tres obras, según dice el artículo de Luis Suñén en el programa de mano, desde luego lo que no falta en ellas es luminosidad. No me fue posible llegar a tiempo a la de Haydn, así que puedo hablar (muy por encima) de las demás obras. Empezando por la de Shostakovich, donde se nota claramente el estilo moderno de la obra que contrasta con el clasicismo de la anterior. Esta empieza con una brillante introducción que va in crescendo, haciendo que, valga la redundancia, brille el sonido de la cuerda. El movimiento final se basa en temas de la música judía, cuyo folklore se puede reconocer en diversos puntos de la obra. Tras una pausa, comenzó la de Brahms, con un precioso solo de violonchelo al final del segundo movimiento (a mayor gloria del chelista Arnau Tomàs), para luego dar paso a un lirismo muy reconocible en el catálogo brahmsiano en el tercero. Tras una fuerte ovación, la violinista Vera Martínez saludó al público y anunció la propina: un arreglo de la Danza del Molinero de El Sombrero de Tres Picos de Falla. Una obra popular con la que no es imposible no conquistar al público dada su fuerza y su intensidad. Y como no podía ser de otro modo, el cuarteto dio una interpretación entregadísima de esta danza, haciendo creer que había más músicos en la sala.
Y así, queda inaugurada la temporada de cámara del INAEM, la cual se antoja prometedora y un éxito total, en un concierto realmente inolvidable.
ENGLISH: The shining light from the Cuarteto Casals opens the new chamber season in Madrid.
Madrid, October 13, 2022.
I rarely attend a chamber music concert. Sadly, opera and zarzuela demand most of my leisure time. Indeed, I hadn't been to the Chamber Hall of the Auditorio Nacional, but thanks to the kindness of a friend, I could attend the opening concert of the Chamber music season of the INAEM (the Spanish Institute of Scenical and Musical Arts). Tonight's performance has been by the Cuarteto Casals, a leading string quartet not only in Spain but in the international stage, as they have recorded and performed prolifically worldwide in the last 25 years. In a sold-out evening, this has been the program:
Haydn: String Quartets, Op. 20 n.6 in A Major
Shostakovich: String Quartet n.4 in D major, Op. 83
Brahms: String Quartet n.2 in A minor, Op. 51, n.2
Encore: Miller's Dance from El Sombrero de tres picos (the Three-Corned Hat), by Manuel de Falla.
Brightness is what these works have in common, according to Luis Suñén's article for the brochure. I couldn't attend Haydn's work because I arrived late, but I could attend from the second one. Shostakovich's quartet is clearly different from Haydn's when recognising its modern style, with a brilliant, in crescendo introduction, making strings to shine. The last movement has a strong influence from Eastern European Jewish folk music, making it the most passionate one. After the pause, Brahms' work began, with a beautiful cello part at the end of second movement (much to the cellist Arnau Tomàs' glory), followed by a lyrical, haunting third movement. After the ovation at the end of this piece, the violinist Vera Martínez welcomed the audience and announced Falla's Miller Dance from El Sombrero de Tres Picos will be played as encore, in its arranged version for string quartet. It is not difficult to win over Spanish audiences with Falla, specially with this powerful, so folk, so intense popular piece. Indeed, they succeed, because of their devoted, passionate, visceral performance in which they made the audience to feel there was a big orchestra.
With this triumphal, unforgettable night, the new and promising Chamber season at Madrid's biggest symphonic hall has been opened, with an extense repertoire, served by accomplished musicians and enthusiastically welcomed by the audience.
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