martes, 25 de octubre de 2022

Los jóvenes inaguran la temporada a lo grande: Preestreno juvenil de Aida en el Teatro Real.

Madrid, 25 de octubre de 2022.

Finalmente, y tras una apertura interesante y singular en los Teatros del Canal, empieza solemnemente la temporada 2022-2023 en el Teatro Real, con uno de los títulos más emblemáticos del género: la Aida de Verdi. Si en 2018 regresaba tras 20 años de ausencia, ahora lo hace entre los fastos de la inauguración de la temporada, con una función de estreno al que han asistido los Reyes de España y la alta sociedad española, con las localidades que pueden codearse con las más caras de toda Europa para una función de apertura de temporada.

Sin embargo, los menores de 35 años han podido asistir al preestreno general del primer reparto el pasado día 21 de octubre, un evento con mucho éxito por parte del teatro para aficionar a la juventud, aunque en muchos casos esta suele venir ya estudiada o formada, pero ningún esfuerzo es suficiente para aficionar al mayor número de jóvenes. Si lo sabré yo, que me he formado como aficionado gracias a esas políticas...

El montaje de Hugo de Ana, espectacular y apto para los paladares más conservadores, mezcla tecnología y atrezzo para recrear el Antiguo Egipto en escena, lo que convierte a los aficionados madrileños en relativamente afortunados al reconocer la historia en escena, a juzgar por los recientes montajes en Salzburgo, París y Londres, que la sacaron de contexto para ambientarlas en épocas más modernas y sin ninguna alusión al Egipto clásico, más bien asistiendo a una lectura deconstructora y poscolonialista de la obra. Del montaje ya hablé en mi crítica de 2018, y volveré a hacerlo con mayor detalle cuando vea mi función con Anna Netrebko el día 30.

La Orquesta Titular del Teatro Real estuvo dirigida por un Nicola Luisotti en estado de gracia, quien dirigió ya la obra en 2018, y demostró lo mucho que ha mejorado la orquesta. Ya en el preludio se escuchó a las cuerdas en un estado de nitidez impresionante, dando una bella interpretación del mismo. Luisotti dirige con unos tempi ágiles, percibiendo en su interpretación una pasión y una tensión dramática muy convenientes a la obra. El metal también estuvo muy bien durante su gran escena del acto segundo, siendo el concertante final del mismo el mejor momento de toda la función y deliciosa la flauta en la danza de las sacerdotisas en el primer acto.  El coro como es habitual, a un gran nivel. Impresionante la sección masculina cuando entona "Guerra, Guerra, Guerra" en el primer acto, y por supuesto en el Gloria all'Egitto, donde estuvo impresionante.

El primer reparto, plagado de estrellas como los otros dos restantes, ha contado con nombres de primera fila, aunque no pudiera tampoco negarse que estuviéramos ante un ensayo general.

Krassimira Stoyanova al fin debuta en el Teatro Real, y lo hace con la protagonista. A sus 60 años, Stoyanova es una cantante con una gran musicalidad, cuyo estilo aún mantiene, pese a que la voz ya aparece por momentos cansada. Como actriz, puede celebrarse su histrionismo, aunque a veces parecía gesticular de más. Precisamente su interpretación tan cargada de dramatismo descansa en unos graves bellos, y en un pianissimo estupendo, con un canto en piano en el final del Ritorna Vincitor realmente encantador. Su interpretación fue mejorando hasta dejarnos un tercer acto y sobretodo un final para el recuerdo, donde cantó bellísimanente.

Piotr Beczała vuelve al Real tras su Fausto de 2018. Ahora interpreta a Radamés, tras haberlo cantado este verano en Salzburgo. El tenor polaco tiene una voz potente, o al menos se deja oír en la mayor parte de la obra, resultando un canto vigoroso, aunque con los consabidos nervios de cada tenor en el Celeste Aida, donde pasó algún apuro. Luego estuvo cómodo durante el resto de la obra. Un momento electrizante fue cantar la famosa frase "Sacerdote, io resto a te", que cantó a plena voz, o todo el acto cuarto, donde mantuvo un gran nivel.

Jamie Barton musicalmente fue una gran Amneris. Con un timbre que recuerda a Marilyn Horne, la mezzosoprano estadounidense tiene unos graves imponentes, además de una voz aterciopelada. Quizá le faltara algo del volumen necesario para este personaje, siendo quizá su voz, pese a su musicalidad, más propia del repertorio belcantista. También es una estupenda actriz, y  los dúos con Aida y Radamés fueron momentos de gran tensión teatral. En su escena final pudo resarcirse, con una apasionada interpretación en lo actoral y musical. 

Alexander Vinogradov fue un Ramfis imponente, aunque le vi un poco menos inspirado que en Nabucco, donde fue un grandioso Zaccaria.

Carlos Álvarez fue quizá el mejor de la noche con un Amonasro con una voz noble y elegante. 

Deyan Vatchkov fue un Rey de Egipto de voz profunda, pero a la que le faltó volumen. Excelentes Marta Bauzá como la Sacerdotisa y sobre todo Fabián Lara como el mensajero.

Durante el intermedio, cuatro trompetistas caracterizados de egipcios tocaron sorpresivamente la marcha triunfal, lo que fue toda una sorpresa. Posteriormente, y siendo algo que ya es tendencia en muchos teatros, se ofreció una fiesta, un "after" para los jóvenes asistentes, previo pago, en los salones del Teatro. Nada más salir, los jóvenes (lo admito, me queda cada vez menos tiempo para serlo para el Real, pero aún lo soy) accedíamos a los salones, donde nos daban una cerveza y dos quizá no tan pequeños pero sí consistentes wraps. Después, en el restaurante, un DJ puso música durante tres horas, y los jóvenes asistentes bailaron y consumieron  animadamente en la pista y en las dos barras. 


Una celebración de la ópera y de la juventud. El Real espera renovar así la afición. Creo que puede haber esperanza porque muchos de estos jóvenes que asisten han estudiado música, como ya dije antes. O la escuchan sus familias en sus hogares. Por otro lado, los tiempos cambian: cada vez las úes y los silbidos (otrora abucheos) sustituyen cada vez más a los bravos a la hora de medir ovaciones atronadoras como la de aquella noche. Pocas veces me han vibrado tanto los oídos.

Las fotografías no son de mi autoría, si alguien se muestra disconforme con la publicación  de cualquiera de ellas en este blog le pido que me lo haga saber inmediatamente. Cualquier reproducción de este texto necesita mi permiso.

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