sábado, 27 de julio de 2024

El barco de los recuerdos reprimidos: Tristán e Isolda en el Festival de Bayreuth 2024.


Streaming en directo desde el Festival de Bayreuth, 25 de julio de 2024.

Una vez más, celebro el aniversario de este blog, el séptimo ya, comentando la cita estival ineludible para cada wagneriano: el Festival de Bayreuth. Aunque será una celebración a medias, por motivos que pronto se revelarán. Mientras tanto, gracias al streaming, y a la televisión alemana, el mundo puede presenciar los estrenos de las nuevas producciones del Festival, haciéndolas disponibles para todo aquel wagneriano o melómano que no puede ir hasta la colina verde. Este año, la nueva producción es de "Tristán e Isolda", que junto al Anillo es la obra magna del maestro, y una de esas obras sin las cuales el rumbo de la historia de la música habría sido completamente diferente. Ya en 2022 se estrenó una producción de esta ópera, a cargo de Roland Schwab, que tuvo tanto éxito que convenció hasta a la ortodoxia wagneriana, pero de ella solo se dieron unas pocas funciones. La idea era tenerla como reserva en caso de que el Covid-19 impidiera representar la mediocre producción del Anillo que se tenía previsto estrenar, pero finalmente no pasó nada. En 2023 se dieron solo dos funciones de las que ni siquiera hubo emisión por radio, y mucho menos una emisión en streaming. Y así, aquella producción exitosa solo existe en fotos y audios para los desafortunados que no la vieron en el Festspielhaus.

Esta nueva producción corre a cargo del dramaturgo islandés Thorleifur Örn Arnarsson en la dirección de escena, y la orquesta está dirigida por el célebre maestro ruso Semyon Bychkov, reputado intérprete de esta ópera. 

Es esta una ópera en lo que importa más lo interior que lo exterior: aquí lo que cuenta son los sentimientos de Tristán e Isolda, como si la música y sus monólogos fuesen la ventana a su mundo interno. De ahí la escasa presencia del coro y la escasez de personajes la mayor parte del tiempo. Por ello se presta no solo a ser muchas veces interpretada en concierto, sino a puestas en escena minimalistas, dado el carácter intimista de la obra. Ya en época de Cosima Wagner se intentaba reducir el atrezzo, para centrarse en la acción. Y en esta línea parece ir la puesta en escena de Arnarsson, minimalista la mayor parte del tiempo, y totalmente oscura, tenebrosa, como si los acontecimientos transcurrieran de noche, desde lo más recóndito del alma, contando la historia como una pasión reprimida y condenada al fracaso. No hay belleza, solo discreción y emociones, pero con un sentimiento de no hacer lo correcto.

El primer acto transcurre en un escenario vacío, solo hay unas cuerdas , e Isolda aparece con un enorme vestido blanco, un guiño al montaje de Jean-Pierre Ponnelle en 1983, totalmente lleno de palabras procedentes del libreto o de otras obras de Wagner. Isolda puede salirse de este vestido, dejando el miriñaque al descubierto, y al fondo, en la primera escena están Kurwenal, Brangäne y Tristán, como si estuvieran hilando el destino de Isolda (¿un guiño al Ocaso de los Dioses?). La entrada de Tristán en su confrontación con Isolda hace que se iluminen las luces. Tristán no bebe el elixir de amor, sino que antes de que pueda hacerlo Isolda lo tira. De hecho, aquí ese elixir no es otro que su enamoramiento, que el beso que se dan y con el que pasan a amarse apasionadamente.

El segundo acto es el más impactante, aunque  la primera escena aún transcurre a oscuras. Es a partir de la entrada de Tristán, y el inicio de la gran escena de amor, cuando se ilumina la escena, para mostrar la enorme proa de un buque ruinoso, dentro del cual se encuentran un montón de cachivaches viejos, como relojes, maletas, documentos, un enorme globo terráqueo, y además algunos de esos trastos recuerdan a elementos de óperas de Wagner: una espada con la que Tristán se hiere la mano, un guiño al Anillo del Nibelungo, una estatuilla de un lobo, un guiño a La Valquiria, otra estatuilla, esta vez de una mujer medieval con un velo, un posible guiño a Tannhäuser, entre otros. Tristán no es herido por Melot, sino que bebe un elixir que lo envenena.  

El Tercer acto es ahora ese mismo barco, pero despedazado, con todos los trastos viejos apiñados en un rincón, ahora Tristán lleva un mono gris con letras escritas. La amplitud que dejan los restos de ese barco vuelve a traer el minimalismo a la escena. Tristán muere, tras su larga y agónica escena, en la que una luz anaranjada atenúa la oscuridad. Isolda aparece, y tras ella los demás personajes, pero Melot no muere, y no se sabe, aunque se presume, que Kurwenal lo haga. Al final, Isolda canta su célebre muerte de amor, acurrucándose con su largo vestido, tras lo cual cae el lentamente el telón sobre un escenario bañado por una luz rojiza.

Semyon Bychkov regresa al frente de la Orquesta del Festival de Bayreuth tras dirigir Parsifal hace unos años. Tal y como ya lo hizo en Madrid el año pasado, Bychkov realiza una versión lenta, majestuosa, lírica, recreándose en la rica gama de sonidos y las posibilidades que puede hacer con la orquesta, para crear un mundo mágico, y al mismo tiempo profundo y melancólico, como este amor imposible. Majestuoso y bello fue el preludio, mientras que la introducción orquestal del tercer acto con el corno inglés es más introspectiva. La orquesta no tiene más comentario que su excelencia, con sus cuerdas, sus percusiones y sus potentes metales. Del mismo modo el coro masculino excelente en sus breves intervenciones del primer acto.

Andreas Schager, al igual que en el mismo Tristan que cantó con Bychkov en Madrid, se confirma como el Tristan del momento. Su timbre heroico, con toques juveniles, su resistencia al potente tercer acto, que cantó de forma arrebatadora pese a algunas notas que ya tiene que acortar, confirman lo anterior. Y a nivel actoral crea a un héroe solemne  en el primero, como sensible en el segundo acto y en el tercero llega al culmen al recrear la agonía y alucinaciones del personaje. 

Camilla Nylund, en cambio, no es una Isolda a su altura. La soprano finlandesa tiene una voz dulce, un timbre exquisito y un canto sensible, pero no es suficiente para Isolda. Si bien tiene momentos donde mejora, como en la segunda mitad del primer acto, la breve aria "Als für in fremdes land" en el segundo, cuando la voz requiere más agudo, el cual no puede durarle mucho, es donde le falla el volumen. De este modo, en el Liebestod no lograba imponerse a la orquesta. Y es una pena, porque en roles como Eva o Elisabeth ha sido notable.

Christa Mayer es una notable Brangäne, con una voz más firme que la de Nylund, excelente en su famosa canción de aviso "Einsam wachend in der nacht" en el segundo acto.  

Olafur Sigurdarson es un Kurwenal bastante ligero, aunque en el tercer acto consigue salir adelante, debido a lo intimista de las escenas con Tristan pero falta más voz. 

Günther Groissböck sufre de lo mismo, es un Marke exquisitamente cantado y tiene una preciosa voz que además tiene una dicción excelente, prueba del conocimiento que tiene de la obra. Sin embargo le falta más volumen y más grave en su largo monólogo del segundo acto.

Impresionante el Melot de Birger Radde, con una voz oscura, imponente, bien proyectada, tanto que él podría haber hecho un excelente Kurwenal. El resto de comprimarios, también, estuvieron a un buen nivel, marca de la casa: a destacar la voz lírica de Matthew Newlin como el marinero y Daniel Jenz como el pastor.

Una vez más, el elenco musical fue recibido con calurosos aplausos, sobre todo Schager, Groissböck y Nylund, aunque el más ovacionado, con razón, fue Bychkov. Abucheos, como todos los años, para el equipo escénico, aunque ya se sabe en Bayreuth: lo que se abuchea el primer año se ovaciona en el último. Tras esta función de estreno, queda inagurado el Festival de Bayreuth de 2024: un festival en el que hay más mujeres que hombres en el podio, y que se ha inaugurado con un bello Tristán, el cual confiamos mejore, sobre todo el elenco, en los próximos años. 

Las fotografías y vídeos no son de mi autoría, si alguien se muestra disconforme con la publicación de cualquiera de ellas en este blog le pido que me lo haga saber inmediatamente. Cualquier reproducción de este texto necesita mi permiso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario