martes, 25 de junio de 2024

Aperitivo antes del gran evento: Madama Butterfly en el Teatro EDP Gran Vía.


Madrid, 24 de junio de 2024.

En las ciudades españolas con una programación estable de ópera, desgraciadamente, por falta de medios y público, no hay segundas compañías que ofrezcan programación alternativa, como sí hay en Berlín, Viena, París o Londres. Es aquí cuando entran las compañías privadas. Son conocidas las labores de Concerlírica y Ópera 2001, que llevan ópera escenificada a las principales capitales de provincia sin compañía estable. En Madrid, después del Teatro Real, y dado que el Teatro de la Zarzuela se encarga de eso mismo, la zarzuela, la compañía Excellentia realiza funciones en concierto o escenificadas en el Auditorio Nacional y . En Barcelona, la compañía Novaria es una de varias que realiza versiones semiescenificadas en sitios como el Palau de la Música. Esta compañía ha realizado producciones en Barcelona y en algunos sitios de la capital catalana. Ahora llegan a Madrid con tres óperas que programarán a lo largo del verano: Madama Butterfly, Carmen y La Traviata. 



Los días 17 y 24 de junio la compañía debuta con Madama Butterfly, que se anticipa a la gran producción que el Teatro Real prepara de esta misma ópera y que se estrenará el próximo 30 de junio. En el antiguo cine Gran Vía, hoy teatro de diversos géneros musicales, alguna vez se ha hecho ópera, aunque lo más clásico que se hace es ballet. Es un sitio elegante y acogedor, aunque pequeño. Si bien tiene un foso para orquesta bajo el escenario, esta producción pone a la orquesta encima del mismo, en una versión semiescenificada. Hay vestuario, hay decorados tras los cuales se sitúa la plantilla orquestal de una treintena de músicos. El reducido espacio del Teatro Gran Vía afecta de forma considerable a la representación, que, como la obra, está caracterizada por su sencillez. De entrada, un error grave fue la falta de subtítulos en el escenario. Como contrapartida, Novaria, a través de un código QR, permitía seguir los subtítulos en vivo, pero no vi a nadie hacerlo, ya que además habría resultado incómodo, con lo que tengo mis dudas de que el público, si no ha leído el argumento, haya entendido mucho de lo que ocurría en escena. Si no pueden ponerlos en el teatro, entonces éste no es idóneo para hacer nada en cualquier idioma extranjero. Mar Lorca propone una funcional puesta en escena, con unos sencillos decorados, que cubren a la orquesta, un coqueto y colorido vestuario de Josep Abril, un pequeño mobiliario de casa, y un estrado donde Butterfly divisa el mar en busca del buque de su amado. La ambientación de la obra se sitúa en los años veinte del siglo pasado, unas décadas después de la historia original, aunque respetando la estética tradicional japonesa. Una novedad es que hay unos seis bailarines caracterizados de espíritus que en el gran interludio orquestal entre el segundo y tercer acto realizan danzas con abanicos, y al final de la obra, se llevan a una moribunda Butterfly en brazos, ante un Pinkerton atormentado por la conciencia. Aun así, creo que le falta un poco de discreción escénica: uno entiende que, descartado el uso del telón para no perjudicar a la orquesta en el interludio, y que obligue a ver a los técnicos quitando cosas, con el pretexto de escenificar una tormenta que obligue a Butterfly, Suzuki y el niño a dejar el escenario, pero si ellas han cubierto la casa de rosas para el marido, ¿para qué sacar una mopa para limpiar el escenario? quita toda la magia escénica.

La Orquesta Novaria Filharmonia, dirigida por Adolf Gassol, interpretó demasiado fuerte en el primer acto, obligando a los artistas a cantar prácticamente al borde del grito. En el segundo y tercer acto, con una naturaleza más camerística, la orquesta pudo bajar el volumen para perjudicar menos a los cantantes, e incluso mejorar sus prestaciones, especialmente el violín en la escena de la carta, y en el interludio. Con un elenco reducido a lo más importante, y dado que empezó relativamente tarde (a las 20 horas), ha habido cortes en la partitura: las escenas de Goro y del príncipe Yamadori en el segundo acto desaparecen. El otro corte importante transcurre desde la mitad del gran intermedio orquestal del segundo al tercer acto, pasando directamente a la llegada de Pinkerton a la casa, sin verse a Butterfly yéndose a dormir tras haber trasnochado por esperar a su esposo toda la noche. El Coro AMAO, reducido, cumplió con su cometido, aunque se vio perjudicado por situarse detrás de la orquesta en su famoso coro a boca abierta del final del segundo acto. 


Es de suponer que al tratarse de una compañía privada, que además no ha publicitado tanto los repartos salvo por Instagram, alguien no podía percatarse de los cambios. En su página de Instagram, anunciaron que había cambios, como que la soprano china Sarah Zhai Strauss, quien cantó en el estreno, cantaría anoche. 

Cual fue mi sorpresa cuando vi a la española Chantal Garsán en el escenario, aunque luego vi que estaba anunciada en el programa de mano descargable por QR. Garsan tiene una voz potente, dramática, y que corría bastante por la pequeña sala, con un desgarrador grave en las escenas finales. Menos elegante fue el Pinkerton de Sergi Giménez, quien en el principio del primer acto fue engullido un poco por la orquesta, luego dio una versión más rústica del personaje, convirtiéndolo en un zote, algo que no deja de ser conveniente para el personaje que interpreta. Mejoró en el "Addio Fiorito Asil" en el tercer acto, eso sí. Alejandro Sánchez fue un Sharpless  bien actuado, cantado con honradez, aunque un poco ligero. Ana Molina fue una notable y bien actuada Suzuki. Discreto el resto del elenco.


Pronto veremos una gran producción de Madama Butterfly en el Teatro Real, aunque con una puesta en escena tan radical que a priori hará que añoremos el montaje tradicional de Mario Gas que hemos visto en veinte años. Sin embargo, no está de mas ir abriendo boca con esta producción pequeña pero tradicional, que intenta llevar la ópera a públicos no familiarizados con la misma y que no pueden permitirse las localidades cada vez más caras del Real.

Las fotografías y vídeos no son de mi autoría, si alguien se muestra disconforme con la publicación de cualquiera de ellas en este blog le pido que me lo haga saber inmediatamente. Cualquier reproducción de este texto necesita mi permiso.

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