lunes, 29 de marzo de 2021

Tarde de Oro en el Teatro de la Zarzuela: deslumbrante recital de Saioa Hernández y Francesco Pio Galasso.


A veces, algunas tardes se pueden convertir en momentos amenos. O tal vez inolvidables. Y una mezcla de todo eso suele haber en los conciertos del Teatro de la Zarzuela, tanto en el ciclo de lied como en los que suele organizar en las últimas temporadas. Uno de ellos ha contado con una soprano más o menos asidua de este teatro, la madrileña Saioa Hernández, una estrella emergente del panorama lírico nacional e internacional. Junto a ella,  el tenor Francesco Pio Galasso y el pianista Vincenzo Scalera han ofrecido un recital dedicado casi exclusivamente a la Zarzuela. 

Hernández está realizando últimamente una gran carrera en Europa, especialmente en Italia, donde ha cantado recientemente en La Scala títulos como Attila o Tosca. Entre los artistas con los que ha perfeccionado su canto se encuentra la mismísima Montserrat Caballé, quien llegó a referirse a ella como "la diva del siglo XXI". Tremendo elogio viniendo de la diva del siglo anterior. 

Dadas las buenas opiniones que me había formado de ella, y tras habérmela perdido en esa función frustrada de Un Ballo in Maschera en el Real el pasado septiembre, en la que cantaba, esta oportunidad se me presentaba como imprescindible. Y ciertamente, no he salido decepcionado. El programa fue el siguiente que se ve en esta fotografía:


Además, se dieron tres propinas:
- Qué te importa que no venga, de Los Claveles, a cargo de Saioa Hernández.
- Tu ca nun chiagne, de Ernesto de Curtis, a cargo de Francesco Pio Galasso.
- El dúo Torero quiero ser de El Gato Montés, a cargo de Hernández y Galasso.


Así pues, Saioa Hernández se metió al público en el bolsillo con un exquisito recital en el que cantó cada vez mejor, si bien desde el principio la voz sonaba radiante, en plena forma. De Hernández se ha llegado a decir en Youtube que es una soprano con un canto de vieja escuela. Sí, puede ser tras escuchar una técnica en la que se advierte la influencia de su maestra Caballé, en la que proyecta, modula, canta de una forma que no se suele escuchar en muchas compañeras de tesitura. 

La voz sorprende por su volumen, la rotundidad de su proyección, la capacidad de mantener las notas en crescendo, los potentes agudos, -magníficamente emitidos, así como el grave, que se parece al de su maestra pero mucho más sonoro,  que en el dúo de La Dolores impresionó a los allí presentes, con la línea ¡Ya no te temo, hora fatídica!, un momento sobrecogedor. El timbre es de soprano spinto, con un color vocal oscuro, dramático, con una dicción teatral en De qué me sirve el trono, de Los Diamantes de la Corona. En la arieta Mi tío se figura de El Rey que Rabió sacó a relucir su vis cómica, cantando la música con picardía, transmitiendo lo alegre del número, y todo esto con un imponente porte en escena. No decayó en ningún momento.


Francesco Pio Galasso es un tenor italiano que habitualmente ha cantado con Hernández, pero también en importa producciones. Al igual que la gran Saioa, tiene una voz grande, que tiene un timbre baritonal. Por otro lado, el paso del registro medio, que domina, al más alto le supone algún apuro. No obstante, fue de menos a más, y hay que reconocer que pese a todo el agudo se emite bien y el sonido corre por toda la sala pese a esa dificultad antes mencionada. Aun así, se metió al público en el bolsillo con una aseada interpretación del No puede ser de La Tabernera del puerto. En las propinas, cantó la única pieza que no era de zarzuela, la napolitana Tu ca nun chiagne, a la que en estilo se encontraba más cómodo al parecer, ya que la abordó muy bien. En la última pieza, el dúo de e
El Gato Montés, la voz parecía haber encontrado el punto, cerrándolo con un enorme agudo final a la par del impresionante que dio Hernández. 

El pianista Vincenzo Scalera, quien ha sido maestro de canto de los dos solistas, dio un excelente acompañamiento, con una vibrante y muy colorida versión del Intermedio de La Leyenda del Beso, en su versión solo para piano. En el No Puede ser intepretó con gran sensibilidad el momento que acompañaba a la línea Los ojos que lloran, un instante de gran belleza. No es de extrañar que acompañe a los más grandes en varios recitales. 


El teatro no estaba lleno, pero los presentes asistimos a un recital inolvidable. Una gran estrella que está abriéndose paso en Europa gracias a sus generosos medios nos lo ha ofrecido, acompañada por dos entregados artistas. Todo un regalo por parte del Teatro de la Zarzuela.

Las fotografías no son de mi autoría, si alguien se muestra disconforme con la publicación  de cualquiera de ellas en este blog le pido que me lo haga saber inmediatamente.








1 comentario:

  1. Compartí contigo este magnífico recital, en el que esta soprano excepcional brilló en uno de sus más queridos teatros. Seguiremos disfrutando de Saioa muchos más años. Gracias por la crónica.

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