viernes, 5 de marzo de 2021

Amores en Zarza: la juventud de la periferia, la inclusión y la diversidad conquistan el género chico.

                 

Una vez más, el Proyecto Zarza llega al Teatro de la Zarzuela para acercar la magia de nuestro género a los más jóvenes y los más pequeños. Pero este año es distinto: esta vez no será una obra íntegra de género chico, sino una antología escenificada y dramaturgizada de distintos números populares, con el título Amores en Zarza. Desgraciadamente para mí, no he podido ir este año al teatro para disfrutarlo, así que como seguidor de este proyecto, me he conformado con verlo por streaming. Aunque no será lo mismo, tampoco me he resistido a comentarlo.

Después del gran éxito del año pasado con Agua, Azucarillos y Aguardiente, el escritor Nando López vuelve al Teatro de la Zarzuela, y junto a la directora de escena Rita Cosentino, lleva el género chico a la periferia madrileña, en una obra en la que en la tarde del 15 de agosto, unos jóvenes del extrarradio esperan tomar un cercanías en dirección a las fiestas de la Paloma en el centro de la capital. Sin embargo, todos y cada uno tienen sus propios problemas, acrecentados por la situación actual, en la que de forma divertida y brillante se tratan muchísimos temas que de verdad inquietan a la juventud madrileña. Y la presenta además con la diversidad que hoy tiene: inmigración, el colectivo LGTBI, empoderamiento, inclusión... En todo sentido, esta juventud ya no es la misma que la que vio estrenar estas obras en el Teatro Apolo.

En su día, el género chico trataba de acercarse a la realidad social en clave de humor y de sátira. Los temas que se veían en escena eran reconocidos en el día a día de sus espectadores. Si de presentar antologías de zarzuela a un nuevo y potencial público se trata, no se traiciona a la esencia del género si en lugar de vestir de chulapos y chulapas a los personajes, se les viste con zapatillas, vaqueros y sudaderas. No se aleja tampoco si en lugar de presentarlo como una mera gala de números, se presenta como una obra musical en la que están presentes no solo la vivacidad de los números sino también un mensaje reivindicativo e inclusivo que conecta con lo que vive en su día a día  la generación a la que se desea llegar.  De esta manera, los espectadores no sienten que están en un viejo  teatro viendo una obra compuesta en un estilo y una época que les es ajena, sino que sentirán que se encuentran en una extensión de su barrio, que los muchachos que salen en escena pueden ser ellos mismos, como si al bajar a por el pan o por fotocopias se encontraran con lo que van a ver a continuación. Esa es la sensación que he tenido viéndola desde mi ordenador. Y lo he disfrutado como si estuviera allí, como si alguna de esas vivencias me pudiera pasar algún día.

El decorado único es, pues, un espacio repleto de graffitis, para actividades lúdicas, con pequeñas pistas para monopatín, y arriba unas vallas que nos recuerdan a las que rodean las pistas de deporte de varios de nuestros parques. En el recinto grafiteado destaca la palabra "Zarza". La iluminación de Juanjo Llorens crea una ambientación magnífica, con las luces y los colores, la luna llena, la tórrida tarde de agosto y la noche de verbena. El vestuario punk de Elisa Sanz es brillante, así como la coreografía de Nuria Castejón, que saca lo mejor de estos cantantes, actores ... y bailarines.

¿Y qué se ve en la historia? Un costumbrismo del siglo XXI, en el que vemos a un equipo de jugadoras de fútbol animado por sus compañeros masculinos con pasión, a una joven musulmana con hijab y a la que pagan poco y mal en su trabajo, a un influencer que sube cada momento que le sucede a las redes sociales, para sus 20000 seguidores, a una joven rica que trabaja y estudia para no depender de sus padres, a un muchacho desesperado porque su novio se va un año al extranjero por estudios, pero que en el fondo no quiere irse sino que debe hacerlo para ayudar en casa y evitar que su madre se deslome, y que a su vez critica que su chico, tan absorto en sus prácticas, se deje explotar de mala manera. Veremos a dos jóvenes gitanos hablando en caló, a un chico de barrio convertido en actor de la noche a la mañana, relaciones que terminan mal, un joven que no tiene ni idea de literatura (tan citada aquí), peleas entre grupos, a dos amigas que intentan arreglar los problemas de todos con un filtro mágico...Estos problemas harán que el plan inicial de ir a la Verbena se trunque, pero con su resolución, esa misma fiesta se queda en el barrio. 

                             

Uno de los mensajes más poderosos sin duda es la inclusividad. Dos jóvenes con vestuario pijo aparecen de vez en cuando intentando cantar el "Yo soy español" de La Patria Chica, y repartiendo octavillas con los colores de nuestra bandera. Cuando al final lo consiguen, los demás, escandalizados, se proponen reescribir el número. De esta forma, el cañí original, explotado hasta la denostación por la idea de una España monocolor, da paso a una nuevas formas de amarla y sentirla: hay varias Españas, todos los que vivimos en este país somos parte de él, ni buenos ni malos, seamos como seamos, todos somos España. Para mí fue potente, como respuesta cuando el chico pijo no reconoce a la musulmana ni al gitano como españoles, porque las minorías étnicas y los hijos de inmigrantes nacidos y criados aquí son parte del presente del país.



Cuesta imaginarse a Zarza sin Óliver Díaz, quien estuvo en las anteriores ediciones. Pero el conjunto musical, vestido informalmente, queda en buenas manos bajo la batuta de Miquel Ortega, quien con su dirección insufla vida, chispa y alegría a los números- Sin duda alguna, el nivel se mantuvo. Bellísima la orquesta en el Fandango de Los Burladores.  A continuación, esta es la lista de números que se interpretó:

  1. Pasacalle de El año pasado por agua
  2. Canción de la gitana de La alegría del batallón
  3. Alirón de Don Manolito
  4. Mazurca de los paraguas de El año pasado por agua
  5. Sueña de Don Manolito
  6. Farruca de La del manojo de Rosas
  7. Habanera de La boda de Luis Alonso
  8. Fandango de Los Burladores
  9. ¿Quien es usté? de La del manojo de rosas
  10. Soy español de La Patria Chica
  11. Polca de El baile de Luis Alonso

El reparto está formado por un conjunto de cantantes y actores, no líricos sino de musical y/o de teatro, cine o televisión, menores de 30 años. Algunos de ellos, ya habituales en estas temporadas; pero todos entregadísimos.

Sylvia Parejo en el rol de Tania fue sin duda la líder indiscutible del reparto, con una voz increíble y una actuación convincente dando vida a esta joven independiente y con determinación. Su interpretación del Sueña fue memorable. Pascual Laborda formó parte del dúo, y también del gran nivel del mismo, además de convencer como el preocupado Mikel, ante la marcha inminente de su novio. Guillermo Pareja interpretando al poco leído Izan dio otra de las perlas de la noche con su gran versión del Alirón, con su enorme voz de barítono. El mismo agradable timbre baritonal lo tuvo José Pastor como Nelson, en el dúo ¿Quién es usté?, a duelo interpretativo con Adrián Salzedo. El toque queer lo dio Nayim Temine con su vodevilesca versión de la Habanera de Luis Alonso. David Pérez con su vivaz versión de la Farruca de La del Manojo de Rosas, a dúo con Cristina García, logra la mejor de las tres actuaciones que le he visto en estas temporadas. Ferrán Fabà y María Gago dieron una divertida interpretación del Yo soy Español, destacando la imponente voz de Fabà. El resto del reparto estuvo a un grandísimo nivel, derrochando entusiasmo y energía.

Posiblemente estemos ante la mejor de las producciones de Zarza (al menos la mejor de las tres que he visto yo), que ha calado entre el público, por lo que se juzga en el vídeo,  que parece haber disfrutado como nunca. En esta divertida, potente y actual obra se ha conseguido algo que lleva persiguiendo el Proyecto Zarza desde su fundación y que es admirable: que esta música creada hace largo tiempo sea interpretada con pasión por estos jóvenes artistas, y que esa misma pasión llegue a una nueva generación, de la que se espera que en el futuro sea la que reemplace al público actual de un género sobre el que pesa la amenaza de declive y desaparición. Hay esperanza.


Aquí hay un enlace para ver la función completa en vídeo.

Las fotografías no son de mi autoría, si alguien se muestra disconforme con la publicación  de cualquiera de ellas en este blog le pido que me lo haga saber inmediatamente.


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