lunes, 15 de marzo de 2021

Wagner en la comunidad afroamericana: Trilogy estrena El Anillo del Nibelungo en Nueva Jersey.



Imagínense que en el pequeño barrio, ciudad o provincia donde viven, una igualmente pequeña compañía de ópera decide llevar a escena la épica musical por antonomasia; y prueba de fuego para cualquier teatro lírico que se precie: El Anillo del Nibelungo, la  famosa tetralogía operística de Richard Wagner. Sería un sueño, ¿no es verdad? Habitualmente, hay que desplazarse a los grandes teatros de las grandes ciudades para poder verlo. Y por todo lo que supone montar tamaña obra, es algo que no se ve todos los días, casi siempre una vez en la vida o solo una vez cada década si no se vive en Alemania, Austria, Londres, París o Nueva York. 

Kevin Maynor, bajo y director de la compañía.

Pues en una empresa parecida se ha embarcado la compañía de canto estadounidense Trilogy:aoc, con sede en Newark, en el estado de Nueva Jersey. Dirigida por el bajo Kevin Maynor - quien  ha cantado en importantes escenarios líricos y varios roles wagnerianos-, está formada en una gran mayoría por cantantes afroamericanos, el repertorio habitual de esta compañía trata sobre historias y temáticas sobre la comunidad negra del país, representando obras de compositores de este colectivo. A poco más una hora del lujo hollywoodiense del Metropolitan Opera de Nueva York, esta compañía ha representado la tetralogía por primera vez en la historia de Nueva Jersey. Eso sí, lo ha hecho en la reducción para pequeños teatros de Jonathan Dove y Graham Vick, representada con éxito en sitios como Londres o Estrasburgo. Este arreglo deja la tetralogía en 7 horas de las 15 originales. Por lo tanto, puede resultar imposible para los wagnerianos más puristas, pero el representarla en pequeños centros culturales también supone la oportunidad de sentir algo de la magia wagneriana para un público que habitualmente no puede permitirse una entrada en el Met, o que no tenga que tener que desplazarse de su barrio. Por no hablar de teatros que por espacio o distancia les es posible montar ópera pero no el ciclo entero. Además, Maynor cree en que la Tetralogía es universal e intemporal, de modo que su motivación para llevarla a cabo en su compañía supone un reto artístico y un intento de conectar a Wagner con su comunidad y el público de Nueva Jersey. De este modo, las pasiones y conflictos tan humanos que el maestro muestra de los dioses, elfos, humanos de los mitos germánicos, se incorporan a los temas que esta compañía suele representar.

Sigfrido, tercer acto, primera escena.

El ciclo se llevó a cabo entre distintos escenarios de la ciudad de Newark, entre 2017 y 2020, en versión semiescenificada y de concierto. La dirección escénica corrió a cargo de Maynor, quien también interpretó cuatro roles. Con una inmensa voluntad, pero con limitaciones dadas las circunstancias, Maynor elige algunos elementos básicos de la historia que serán colocados a lo largo del escenario: un Anillo gigante que estará presente en toda la obra, igualmente el fondo del Rin con el oro, la manzana de Freia solo visible en el prólogo, la espada Nothung envuelta por un tronco y hojas y en Valquiria un sillón. Sobre el escenario se proyectan imágenes que representan las ambientaciones de la obra, bastante sencillas por otro lado. Posiblemente, lo mejor resuelto escénicamente fuera El Oro del Rin, ya que contó con una magnífica iluminación capaz de crear ambiente dramático en toda la obra. El vestuario es propio de concierto, aunque hay utillería como el yelmo, una espada, o trajes de diversos colores para las hijas del Rin y las Valquirias. El Ocaso de los Dioses se representó al aire libre y en versión concierto, en un patio de universidad y con distancias de seguridad tanto entre el público y los artistas, debido a que se realizó cuando la pandemia del Covid-19 ya estaba azotando al mundo.

TAOCarkeste, la orquesta de la compañía, fue el conjunto musical que se hizo cargo de la monumental tarea. Fue dirigida en El Oro del Rin y La Valquiria por Julius Williams, y por Leslie B. Dunner en Sigfrido y El Ocaso de los Dioses. La orquesta hizo lo que pudo dado que era novel en la partitura, y además muy reducida, con lo que en algunos grandes momentos orquestales deslucía bastante. No obstante, Williams fue quien mejor la dirigió. En el Ocaso, Dunner tuvo que arreglárselas con la desigual distribución de la orquesta, dividida a ambos lados del escenario y separada por los artistas de por medio., algo que resultaba difícil de dirigir y el sonido a veces no llegaba. No obstante, en Sigfrido la viola hizo un estupendo trabajo en la llegada de Sigfrido a la roca de las valquirias.

La Valquiria, escena final.

En cuanto al elenco, antes que nada, invito a leer mis dos crónicas sobre El Oro y El Ocaso, donde hablo detalladamente sobre estas funciones. 

Como es habitual, el Anillo requiere un inmenso elenco, incluso si es una compañía pequeña. Y Trilogy no se queda atrás, si bien muchos de los solistas repiten distintos roles en cada una de las jornadas. Para muchos es la primera vez con Wagner, e incluso con el idioma alemán, pero su entrega es admirable. Si hiciéramos un balance, posiblemente la mejor cantada sea Valquiria, donde el reparto parece estar equilibrado. El reparto está compuesto, como ya se ha dicho antes, por casi exclusivamente cantantes negros, si bien cuenta también con tres intérpretes blancos: el Alberich del Oro, el Siegfried de la ópera homónima  y el Siegmund, además del Mime mudo del Oro. Del elenco podremos citar particularmente a los siguientes artistas:

Wotan, el padre de los dioses, fue cantado por tres cantantes diferentes: en el Oro lo hizo el veterano (y celebrado Porgy) Donnie Ray Albert, con un buen gusto para el canto pero la voz algo gutural, quizá avejentada. En Valquiria fue Raemond Martin, quien cantó estupendamente, especialmente en su largo monólogo del segundo acto, aunque pasó algún apuro en los adioses, y Kevin Maynor en Sigfrido, de quien se hablará más adelante. Sigfrido fue interpretado por Kevin Courtemanche en la segunda jornada, y Rod Dixon en la última. Courtemanche tiene una voz potente, con un timbre heróico y juvenil más o menos agradable, que supo mantener la voz durante toda la obra. Dixon fue un muy buen actuado Loge en el Oro, pero en Sigfrido su baritonal voz, aunque solvente, necesita recorrido. Brunilda también fue interpretada por tres sopranos. En Valquiria fue Latoya Lain, una buena cantante, con un centro muy bueno, conmovedora en el tercer acto. Chivonne Perkins en Sigfrido tuvo una participación más reducida de la que ya tenía de por sí, pero encandiló al público con su bellísima voz y sus grandes agudos. Manna Knjoi fue un poco más discreta en el Ocaso, aunque se reservó para el final, que abordó solemnemente y bien cantado. 

Chivonne Perkins como Brunilda en Sigfrido.

Mauricio Trejo fue un excelente Siegmund, con una voz heróica y bien proyectada. Una de las mejores voces de este elenco ha sido Chantelle Grant como una Erda de Sigfrido fantástica, de graves impresionantes y voz que suena contraltada. En el Ocaso intepretó a una trágica y magnífica Waltraute. Marsha Thompson como Sieglinde y Kimberly Lloyd como Gutrune tienen unas voces con un bellísimo y delicioso timbre de soprano. Thompson además tiene un grave que proyecta bien en las escenas más dramáticas. El mismo Kevin Maynor interpretó a Fasolt, Hunding, el Viandante y Hagen. La voz de Maynor es de bajo profundo, y una de las más grandes, sino la que más, de todo el elenco. La voz es agradable de oír, y puede llegar a ser impresionante en su registro más grave. Su mejor rol es el de Hunding, donde en el primer acto consigue hacerlo temible, imponente, con su oscuro timbre. Como el Viandante tiene autoridad, la voz es potente, aunque por momentos le falte algo de nobleza al canto. En el Oro, Alberich fue interpretado por Benjamin Bloomfield, un experto y destacable barítono-bajo. Otra grandísima voz es el Alberich de Richard Hobson, una voz poderosa y con un timbre que hace temible al personaje, aunque al cantante aún le falte rodaje si bien ha supuesto una agradable sorpresa. Walker Jackson es un Mime estupendo en Siegfried, con una juvenil, y al mismo tiempo bella voz de spieltenor, que da  a su creación del personaje ese toque liliputiense, sin rozar tampoco el ridículo. Nicole Mitchell cantó bellamente la Erda del Oro, con una aterciopelada voz de contralto. Maria Marbet también destacó como Flosshilde en el prólogo. Geraldine McMillan fue una correcta Fricka en las dos jornadas, así como Wellgunde en el Ocaso, superando en voz a las demás hijas del Rin. 

El resto de dioses, diosas, ninfas, valquirias y demás personajes se mantiene en un nivel entre correcto sin más y digno, pero todos cantando con el entusiasmo que les supone estar en esta gran producción.

Kevin Courtemanche en el tercer acto de Sigfrido.

Con toda su modestia, pero encomiable dedicación, lo que ha hecho que este Anillo pase posiblemente a la historia no es el color de piel de la mayoría de sus cantantes (algo muy poco relevante en realidad), sino la valentía, la iniciativa de llevar la épica wagneriana a donde nunca antes se había representado. Y esto nos lleva a pensar que es posible interpretar la música de Wagner en cualquier sitio que se desee, y se ame su genial obra.

Enlace a Lista de reproducción para ver El Oro del Rin en cuatro vídeos.
Enlace para escuchar La Valquiria
Enlace para ver Sigfrido
Enlace para ver El Ocaso de los Dioses


Las fotografías no son de mi autoría, si alguien se muestra disconforme con la publicación  de cualquiera de ellas en este blog le pido que me lo haga saber inmediatamente.
 

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