lunes, 12 de febrero de 2024

La Mancha, sobre las tablas: La Rosa del Azafrán en el Teatro de la Zarzuela.

 


Madrid, 11 de febrero de 2024.

Jacinto Guerrero dio al público varias y amadas zarzuelas. Una de ellas es Los Gavilanes, otra El Huésped del Sevillano, y otra la muy celebrada La Rosa del Azafrán, ambientada en La Mancha profunda, siendo una libre adaptación de El Perro del Hortelano, de Lope de Vega. Estrenada en 1930, está zarzuela se convirtió en un éxito instantáneamente. No es para menos, números como las seguidillas "Aunque soy de La Mancha no mancho a nadie", la canción del sembrador, el pasacalle de las escaleras o el famoso coro d las espigadoras, la jota "Bisturí, bisturí" o el tierno dúo de amor del final, además de las intervenciones cómicas de Moniquito, son justificación suficiente para la popularidad de esta zarzuela, compuesta en los últimos años de grandes creaciones del género. 

Viene este montaje en una producción clásica, dirigida por Ignacio García, de gran belleza, que incorpora danzas, decorados de postal (animaciones de paisajes de La Mancha, que incluye los molinos), casas de pueblo y un vestuario tradicional. El decorado permanente es una calle de un pueblo, a la que en algunas escenas se superpone una fachada de una vieja casa. La producción ayuda a la compresión y al disfrute de la obra, suponiendo un indudable regalo a la vista. 



La Orquesta del Teatro de la Zarzuela, dirigida por José María Moreno, acompaña al elenco de forma cómoda, tranquila, y divertidísima en escenas como las de Carracuca y Moniquito. El Coro del Teatro de la Zarzuela, sonó notablemente, especialmente en números como en el Pasacalle de las escaleras, la escena de la caza del viudo, o el femenino Coro de las espigadoras

El primer reparto estaba capitaneado por dos cantantes aplaudidos y habituales en esta casa. Juan Jesús Rodríguez en el rol de Juan Pedro, se llevó muchos aplausos con sus interpretaciones de la canción del sembrador, "Cuando siembro voy cantando"  y del Bisturí, Bisturí, estando muy bien de voz y entregado a la función. Yolanda Auyanet como Sagrario tuvo por delante un complicado papel, y su mejor momento del mismo puedo decir que fue cuando cantó "Lo que tú quieres decirme, ya me lo se de memoria: que tu prosapia de hidalgo es fingida y engañosa" con una ternura y un canto exquisito.  Ángel Ruiz fue un excelente Moniquito, para mí el más redondo de la noche, con una visión cómica y una voz increíbles, haciendo reír a toda la sala en más de una ocasión. Carolina Moncada cantó y actuó  bien a Catalina. Destacables los roles hablados, con una Vicky Peña que fue una gran Custodia, Mario Gas en el rol de Don Custodio recibió un aplauso después de uno de sus monólogos, y también muy divertido Juan Carlos Talavera como Carracuca. Al principio de varias escenas y durante los diálogos, se incorporan unos cantos populares, que si bien son de gran belleza, en varios momentos podían llegar a sobrecargar. Elena Aranoa fue la cantante de música popular encargada para este fin, con una voz grave y solemne.

Tras haber salido a saludar todo el elenco, el maestro Moreno se dirigió al público para despedir y homenajear a una corista que se retiraba tras treinta años en el coro, y en cuyo nombre se hizo un bis del "Bisturí, Bisturí" con el público dando palmas y con Rodríguez cantándoselo de rodillas. Sin duda un emotivo momento. 

El Teatro de la Zarzuela recupera este título tras 21 años de ausencia. Demasiados se antojan para la popularidad de un título que hace cantar y reír y tarearear a un público que ha conseguido que en todas las funciones cuelgue el cartel de "No hay entradas". 

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